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ABC Cultural

MÚSICA

El Dylan del siglo XXI contra el Bob del XX

Reconvertido en crooner, se encierra en el Royal Albert Hall al tiempo que publica sus tesoros de 1965-66

Memorable escena. En la primavera de 1966, Bob Dylan, que cumple 25 años, llega a Inglaterra deseoso de colgar la guitarra de palo y desatar una tormenta de electricidad que lo libere de la etiqueta de cantautor profético-político. Para acometer la operación lo secundan « ... The Hawks», los futuros «The Band». En el concierto de Manchester, un espectador folky indignado lo insulta: «¡Judas!» Dylan se revuelve: «No te creo. Eres un mentiroso» . Luego se gira y da una orden imperiosa a sus desarrapados: «¡Tocad jodidamente alto!» Como gatos erizados descargan su buena nueva: «Like a Rolling Stone». Dos meses después, Dylan se cae de su moto Triumph en un camino rural de Woodstock. Quiere dedicarse a criar a sus hijos y exagera los daños del accidente para apearse del pedestal y de la gasolina anfetamínico-farlopera que lo consumía. No volverá a una gira larga hasta 1974. El Dylan del siglo XXI, de 74 años, es un avezado hombre de negocios, que exprime sus archivos con discos que llama «Las series de contrabando». El próximo mes publica la duodécima entrega, «The Cutting Edge» (La Vanguardia). Esta vez el viejo ha abierto el auténtico baúl del tesoro: todas sus grabaciones de estudio de entre 1965-1966, cuando reinventó y afiló el rock con acontecimientos culturales tan relevantes como «Highway 61 revisited» y «Blonde on blonde».

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