Teresa Berganza: «Argenta podía haber sido el Karajan español»
La mezzosoprano madrileña, que cantó con Argenta, participa esta semana en el curso «Una batuta centenaria» que imparte la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander
s. gaviña
Teresa Berganza participa -junto al compositor Cristóbal Halffter y el pianista Joaquín Achúcarro , entre otros- en el curso «Una batuta centenaria» que hoy inaugura el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle , y se celebrará hasta el día 21 ... en la Universidad Menéndez Pelayo de Santander . La mezzosoprano madrileña -que el pasado 12 de agosto ya impartió una conferencia sobre Ataúlfo Argenta en su ciudad natal, Castro Urdiales- tuvo el «privilegio» de trabajar con el maestro cántabro, «aunque muy pocos años».
Berganza conoció a Argenta cuando apenas tenía 15 años. «Participaba en el coro Cantores de Madrid. Todavía no había empezado a estudiar canto pero yo era muy música y él enseguida se fijó y me ofreció cantar un solo». La colaboración continuó «y me invitó al Festival de Granada y a ir a cantar a París en la sala de los Campos Elíseos . Yo tenía 22 años.El programa estaba dedicado a Falla y fue un éxito enorme», recuerda. Con él grabó también numerosos discos de zarzuela.
«Con el movimiento de una mano, Argenta era capaz de sacarte las entrañas»Destaca del director de orquesta su capacidad para obtener de los intérpretes lo que quería. «Con el movimiento de una mano -la izquierda, la de la expresión- te sacaba las entrañas. Haber podido cantar con un director tan genial como Ataúlfo cuando era tan joven fue una gran enseñanza. Siempre he dicho que de haber vivido más se hubiera convertido en el Karajan español. Entonces -matiza- eran otros tiempos y no tuvo ningún apoyo publicitario como sucede ahora, pero era un gran artista. Un hombre muy carismático y atractivo. Tenía una mirada que la orquesta sabía interpretar perfectamente».
París y el Folies Bergère
Entre las anécdotas, Berganza recuerda el viaje a París y una noche de baile en el cabaret Folies Bergère c on Ataúlfo Argenta y Ernesto Halffter. «Yo era una chavala casi salida del Conservatorio e imagínese de repente me encontré en aquel lugar. Cuando yo vi a aquellas señoras impresionantes con aquellos traseros increíbles que parecían salidos de un cuadro, me pareció increíble. Después de la cena había baile, y yo bailé con Ataúlfo. Me divertí una barbaridad aunque casi le llegaba a la cintura porque era un hombre muy alto (bromea). Ernesto Halffter se enfadó conmigo porque no bailé con él. Yo me sentí en aquelmomento la reina de Saba al estar rodeada, con poco más de veinte años, de dos personalidades de la música de esa talla».
A pesar de sus orígenes cántabros, la mezzosoprano señala el «humor madrileño» de Argenta. «Era muy divertido y muy castizo. Aunque cuando ensayaba tenía a todos los artistas a raya, porque tenía que ser así. Para mí fue un privilegio haberle conocido, haber cantado con él tan joven. Al mismo tiempo siento una pena enorme de no haber podido colaborar con él cuando mi voz estaba más madura, porque podíamos haber hecho tantas cosas... Él creía mucho en mí», afirma con orgullo y cierta nostalgia.
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