(1938-2023)
Muere Brice Marden, el Morandi de la abstracción radical
Gran figura de la escena norteamericana, en su pintura se descubre la multiplicidad de sus intereses culturales, y se aprecia su fe en las posibilidades de su oficio
Sorolla, inédito en su centenario
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Iniciar sesiónEn su casa de Tivoli, Estado de Nueva York, ha fallecido el pasado día 9 Brice Marden, que llevaba seis años enfermo de cáncer. Según su hija Mirabelle, hasta el sábado anterior había estado pintando.
Nacido en Bronxville, NY, Marden estudió pintura en la ... Universidad de Boston, donde le dio clase Albers, y luego en la de Yale, donde fue alumno, entre otros, de Tworkov, Esteban Vicente (por el que tendría siempre mucho respeto) o Alex Katz, y condiscípulo de Chuck Close, Mangold o Richard Serra.
Su primera individual tuvo lugar en 1966 en la Bykert Gallery de Nueva York, y estuvo integrada por cuadros monocromos. Entonces era vigilante de sala en el Jewish Museum, y le interesaban los 'action painters', pero también Jasper Johns, o Rauschenberg, del que sería asistente cuatro años.
Posteriormente se movió en aguas post-rothkianas. Uno de sus cuadros más conocidos de ese periodo, fechado en 1969 y propiedad del Guggenheim, es un homenaje ortogonal (tres zonas verticales en tres tonos de gris) al retrato de la marquesa de La Solana por Goya, que está en el Louvre.
De finales de los setenta son sus 'Annunciations'. Casado primero con Paulina Baez, hermana de la cantante Joan Baez, en 1968 rehizo su vida con la también pintora Helen Harrington Marden, con la que ha vivido en Tivoli, pero también en sus casas en la isla griega de Hydra (objeto en 1971 de un ciclo de sus cuadros) y en la caribeña de Nevis.
Fascinado por la cultura oriental, tan inspiradora para otros creadores norteamericanos que le precedieron, como Pound o Tobey, en los ochenta pintó una serie de cuadros inspirados en los versos de Han Shan, uno de los grandes poetas de la era Tang.
Aquí descubrimos esa zona de su obra en 1993, gracias a una bellísima exposición que María Corral hizo recalar en el Reina Sofía. Comisariada por Gary Garrels para el neoyorquino Dia Art Center, se vio en varios museos norteamericanos y europeos. La integraron siete lienzos de gran formato, una cincuentena de dibujos, y unos grabados. 'Brice Marden en su Oriente esencial' titulé entonces mi crónica en estas mismas páginas.
Con su manera de construir en base a un dibujo fluido y luminoso, Marden volvía, de alguna manera, en clave meditativa y sensible, a sus orígenes. Por su condición de heraldo de la pintura, Roberta Smith lo considera «una especie de Morandi de la abstracción radical», y es en homenaje a esta colega del 'New York Times' que he retomado tan justa expresión para titular este obituario.
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Marden celebró gran número de exposiciones, entre las que cabe mencionar la de la Whitechapel de Londres (1981), la de Dallas (1998), la del Guggenheim (1975) o la del MoMA (2006). Del comercio de su obra se han ocupado Pace, Matthew Marks, Gagosian, o Thomas Ammann.
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