Roberto Saviano: «España está llena de mafias, pero ningún político dice ni una palabra»
El escritor publica 'Los valientes están solos', donde novela la vida de Giovanni Falcone, azote de la Cosa Nostra
«Cuando apuñalaron a Rushdie pensé en su valor»
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Iniciar sesiónRoberto Saviano (Nápoles, 1979) ha dedicado su nueva novela «a la sangre derramada que nunca se seca». Se titula 'Los valientes están solos' (Anagrama) y la acción transcurre entre dos explosiones trágicas. La primera sucede en 1943, en Corleone, mientras una familia manipula una bomba ... del bando aliado para desmontarla y venderla. Mueren todos, menos el niño, que se convertiría luego en Totò Riina, nombre fundamental de la Mafia y la historia criminal reciente, el 'capo dei capi'. La segunda explosión no es un accidente, sino un atentado: el que ordenó Riina en 1992 para acabar con Giovanni Falcone, azote de la Cosa Nostra. Una bomba hizo saltar su coche por los aires, llevándose por delante al juez, a su esposa y a sus tres escoltas.
«Cuando Falcone muere, la democracia italiana implosiona. Pero también responde de forma muy contundente al atentado. La Cosa Nostra, de hecho, se decapita, entra en crisis, porque habían llamado demasiado la atención. Riina sabía que esto iba a pasar, pero necesitaba matar a Falcone para mantenerse en el poder, para no perder el control interno de la organización», explica Saviano al otro lado de la pantalla, en una rueda de prensa virtual. Y luego generaliza: «La dictadura de las mafias es compleja. A diferencia de las dictaduras políticas, de Pinochet a Ceaucescu, cuando cae el tirano, la sociedad se abre. En las dictaduras mafiosas los tiranos caen continuamente, pero se renuevan darwinianamente. Siempre gana el mejor, el que sabe interpretar mejor la realidad. La organización criminal se transforma pero nunca se decapita».
Una figura maltratada
Saviano sostiene que Falcone fue una figura maltratada y no solo por los criminales. «Solo después de muertos llegan los elogios, las alabanzas, cuando estás vivo sufres la envidia y la sospecha. En el caso de Falcone fue así, y esto lo llevó al aislamiento y luego a la muerte. Y muerto ya no daba miedo. Lo santificaron cuando ya no era peligroso», asevera el escritor, que lo ilustra con un ejemplo. En unas vacaciones en Palermo, a Falcone le pusieron una bomba que, por suerte, nunca llegó a explotar. «Los periódicos más importantes de Italia escribieron o insinuaron que él mismo había preparado el intento de asesinato. ¿Y por qué insinuaban esto? Porque era el mejor. Porque era el hombre más brillante y valiente del país, y todos los demás se sentían a su sombra. Hoy tenemos pruebas de que la Cosa Nostra puso esa bomba. Yo hablé con la persona que la puso, Francesco Onorato, y me dijo que cuando leyó la prensa supo que habían ganado la partida, porque Falcone estaba solo».
¿Es la guerra contra la Mafia una guerra perdida? «Ha habido muchas victorias. Italia, entre otras cosas, tiene las mejores leyes antimafia del mundo. Y ha habido otras victorias, sobre todo por la sangre, por los muertos. El número de muertos inocentes en Italia ha impulsado a la política, que es corrupta, también a la opinión pública, aunque está muy distraída, a actuar contra la Mafia. Pero aun así Italia es un país con vocación mafiosa. Se tiende hacia esa lógica: encontrar un acuerdo, encontrar un subterfugio, encontrar una mediación, encontrar un poder que te proteja. La cultura mafiosa es todavía profundamente hegemónica», subraya. Y después añade: «Esto lo sabía Falcone. Él cambió la historia porque demostró que la mafia es capitalismo criminal. Que no es una banda de ladrones y asesinos, sino una organización económica, moral y militar. Y gracias a eso hoy tenemos las investigaciones que tenemos en Madrid, Los Ángeles, Río de Janeiro o Manila».
Los paralelismos entre Saviano y Falcone son evidentes: dos hombres que sacrificaron su vida por la lucha. Fue en 2006 cuando Saviano publicó 'Gomorra' y fue declarado enemigo público para la Mafia. Dos meses después del lanzamiento, su madre recibió una foto de su hijo con una pistola apuntándole a la cabeza. Giolano Amato, entonces ministro del Interior, decidió ponerle un escolta. Y así hasta ahora. Con él hablando desde una habitación de la que sale más bien poco. «Tengo cuarenta y cuatro años y llevo una vida absurda. ¿Merece la pena quemarse la vida así? Quien dice que sí, que los grandes personajes de la historia se han expuesto, se han jugado el cuello, que dieron su corazón y su alma, que se han sacrificado para cambiar las cosas y por eso han cambiado la historia; quienes dicen eso es porque hablan desde un punto de vista teórico. No hablan de ellos, no tienen que vivirlo. Yo creo que no merece la pena». ¿Reniega de su obra, entonces? «No reniego de mi trabajo, lo defiendo, pero si pudiera volver atrás no haría nada eso, porque me ha destruido. Y ahora estoy encerrado aquí [y mira alrededor de su habitación]. No es la vida que pensaba que iba a tener. Y me acusan de cualquier mierda, de tener un ático en Manhattan, de llevar escolta como si fuera un privilegio… Esto lo dijo el actual vicepresidente de mi país, Matteo Salvini».
Miedo y dolor
El miedo, continúa el escritor, es una escuela. «El miedo ayuda, igual que el dolor: es una información que ayuda a la vida. La cobardía no, la cobardía es un miedo que te domina. Yo intento ser valiente porque la valentía es una elección, no es algo que te viene de nacimiento, como se dice. Es algo que eliges. El valor es defenderte a ti mismo, lo que eres en lo más profundo de ti mismo. Es una lucha por no traicionarte». ¿Y cómo lleva la soledad? «Hay demasiado miedo, casi todos están callados, hay mucha desconfianza. Esto siempre afecta a los que toman partido. Es una época de silencio, porque vendes más libros si no tomas posición, eres más simpático si hablas de gilipolleces». Y más tarde lamenta: «Mi soledad también se debe al hecho de que ya no existen territorios donde compartir mi posición. Hay ausencia en Italia de oposición eficaz. Las izquierdas o las derechas antifascistas son muy frágiles. La izquierda liberal democrática también está en dificultades, esto ocurre en realidad en todo el mundo occidental. Los periódicos históricos de la izquierda toman una vocación liberal conservadora prácticamente, la televisión también. En las redes sociales hay una guerra de todos contra todos. Parece que no es posible el debate».
Cuando mira lo sucedido en los últimos años, Saviano no es optimista. «La Mafia ya no ataca frontalmente el Estado, porque no le conviene. Pero sabe que el Estado se puede comprar, porque se compraba antes también. Pero cuando había una oposición se derrumbaba, ahora ya no… Nápoles es la ciudad con más asesinatos de Europa con armas de fuego, pero las instituciones no se renuevan, pese a los esfuerzos de las organizaciones. Yo diría que las mafias han cambiado su estrategia, obligadas también por la lucha antimafia de la sociedad civil, de las asociaciones. Sin embargo, el poder económico de las organizaciones criminales sigue siendo inmenso, y puede contar con un nuevo aliado, que es el desinterés de Europa. La indiferencia de Europa con este tema». ¿A qué se refiere? «Europa está contaminada por las mafias. Y España está llena de mafias también, pero no escucharéis en el debate político ni una sola palabra sobre las mafias. Solo se habla de seguridad o de crimen de manera genérica. Y esto hace que las organizaciones se sientan seguras de invertir en España. También en Francia, Portugal, Alemania. Debería haber un movimiento antimafia, pero no nacerá porque no hay homicidios simbólicos como el de Falcone que lleven a las personas a la calle. Solo la sangre mueve a las personas».
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