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ABC Cultural

CRÓNICAS DE IDA Y VUELTA

El ser humano es un animal que traza fronteras

El exilio centra las conversaciones en la FIL, donde el escritor Sergio Ramírez recibió el doctorado honoris causa de la Universidad de Guadalajara y trazó una historia improvisada del exilio

Fernando Aramburu se retira de la actualidad: «He dejado de creer en la política, pero sigo creyendo en la vida»

Sergio Ramírez se abraza a Guillermo Arriaga Efe
Bruno Pardo Porto

Bruno Pardo Porto

Enviado especial a Guadalajara (Méxiico)

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Fue un día en la FIL para hablar de exilios, de distancias, de literaturas nacidas lejos del hogar, de huecos por los que entra el invierno. Sergio Ramírez recibió el doctorado honoris causa de la Universidad de Guadalajara, y empezó su discurso acordándose de ... las llaves de su casa de Managua, de la que se fue hace tres años empujado por el dictador Ortega, que le quitó la nacionalidad nicaragüense. Se las encontró, las llaves, hace poco en el forro de una maleta. «Recordé entonces, al tenerlas, a los judíos de Sefarad desterrados en 1492 de España por decreto de los reyes católicos, y cuyos descendientes, siglos después, conservan en Tesalónica, en Estambul, en Jerusalén, las llaves de las casas de sus antepasados», dijo. Y relató una historia que contó Manuel Vicent hace una década, la de un comerciante de ámbar que viajaba por España con la llave de una puerta que solo existía en sus sueños. Un día, entre los cachivaches de un gitano de Plasencia, encontró una cerradura herrumbrosa del siglo XV en la que su llave encajaba y funcionaba a la perfección. «Así es como se abre y se cierra el destino», sentenció.

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