La interminable historia de 'La historia interminable', el legado de Michael Ende 45 años después

Tampoco se alejó mucho de la pesadilla para el autor de la novela original, publicada por primera vez en 1979. No dudó en emprender una dura batalla legal y emocional contra la adaptación de su obra y calificó de «orgía kitsch en toda regla». Estas sombras no impidieron que la película de 1984 marcara la infancia de millones de niños, deslumbrados por la espectacular recreación de Fantasía firmada por el director Wolfgang Petersen (fue la producción más cara de la historia del cine alemán).

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Sin embargo, los efectos especiales eclipsaron su carga filosófica al limitar el metraje a la travesía de Atreyu, traicionando el alma original que el autor de 'Momo' insufló a Bastian. Pero ambos funcionan como dos caras de una misma moneda. Como el propio Auryn, el amuleto de dos serpientes entrelazadas que usó Ende como símbolo del libro o su decisión de editar los textos en dos colores. El viaje de Atreyu no tiene sentido sin el de Bastian. Al fin y al cabo, es la búsqueda de la evasión de todos los que se sumergen en la lectura. Lo que nos hace únicos y humanos y se encuentra bajo amenaza del olvido de la nada.

El tiempo ha terminado por dar la razón a Michael Ende cuando se cumplen los 45 años de la creación del libro. Ahora, que muchos de los espectadores que crecieron con la película ya han descubierto la novela y que 'Stranger Things' ha puesto la obra en el radar de los más jóvenes a través de la canción de Limahl, se abre una nueva oportunidad para que unos y otros exploren el verdadero espíritu de 'La historia interminable'. Para ellos, la editorial Alfaguara publica una edición especial con motivo del aniversario ilustrada por Ayesha L. Rubio (que también ilustró el año pasado la de 'Momo' por su cincuenta cumpleaños) y hay en camino una nueva adaptación cinematográfica.

No ha sido fácil conseguir que la obra vuelva a las pantallas. El cabreo de Ende llegó a los tribunales, retiró su nombre de la producción y solicitó sin suerte una orden para que aquellas escenas que contradecían la lógica interna de la historia fueran eliminadas. Quedó física y mentalmente exhausto. «Nunca habría sido capaz de mirarme al espejo si hubiera prestado mi nombre a algo así. He luchado hasta el punto del agotamiento. Intentaron desgastarme con trucos sucios y yo armé un escándalo, pero, ¿de qué sirvió? En términos financieros, perder el caso me costó mucho más de lo que gané con los derechos», confesaba en su día. Desde entonces, muchos han sido los rumores de su regreso a través de multitud de estudios y plataformas de 'streaming', (el más sonado, el de la productora de Leonardo DiCaprio), pero todos han zozobrado en su maraña de derechos de autor escarmentado.

Sin embargo, algo ha cambiado en los últimos años en el legado de Ende. Este año se estrenaba una nueva película de Momo protagonizada por Alexa Goodall ('Un caballero en Moscú') y, en marzo, la revista 'Variety' anunciaba que el albacea de su patrimonio, Wolf-Dieter von Granau, y su editor en la agencia AVA, Roman Hocke (autor de su biografía), habían dado finalmente su brazo a torcer. «Analizamos cientos y cientos de solicitudes y pensamos: 'Veamos si encontramos un socio potencial entre todas ellas que sea tan convincente que nos haga subirnos al barco y embarcarnos en esta loca aventura», señalaba Ralph Gassmann, al frente de AVA.

Tanto Hocke como Gassmann trabajan para Michael Ende Productions que se ha asociado con la productora See-Saw ('Heartstopper', 'El discurso del rey') para darle forma al proyecto, anunciado como saga y presidido por el deseo de recuperar aquello que se perdió en el camino. Con el 'scroll' infinito de TikTok tragándose sin piedad la capacidad de atención, no viene mal recordar esta oda al poder transformador de la creatividad. En el cruce entre lo que fue, lo que es y lo que puede ser, la historia parece estar lista para empezar de nuevo.