Ermonela Jaho: «Necesito hacer un viaje espiritual, no ser solo una diva cantando las notas»
La cantante interpreta a Suor Angelica en 'Il trittico' de Puccini este domingo en el Liceo de Barcelona
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónLa soprano Ermonela Jaho (Tirana, 1974) está a punto de morir en el Liceo como Suor Angelica, en 'Il trittico' de Puccini. No es la primera vez que la vemos fenecer en el escenario. Se le da tremendamente bien hacerlo. Como Violetta en 'La traviata', ... como Cio-cio San en 'Madama Butterfly', como Antonia en 'Les contes d'Hofmann'… se ha convertido en una protagonista asidua del Metropolitan de Nueva York, de la Royal Opera House de Londres, y vive un idilio con España: no falta en las temporadas del Liceo, y del Real, pero también se prodiga en Oviedo, Sevilla, Valencia, Bilbao… Me cita tras un ensayo y, para mi estupor, no me da tiempo a pedirle permiso para ir un rato antes y verla preparando un rol que conoce como la palma de su mano: es ella quien me propone que acuda al teatro una hora antes para verla trabajar.
—Es la primera vez que alguien me invita a asistir a un ensayo antes de una entrevista sin que yo se lo pida.
—El proceso de los ensayos es muy importante, porque ves cómo se van uniendo todas las piezas. Es donde todo sucede. A veces es difícil para mis colegas invitar a periodistas. Prefieren que no se los vea ensayando. Pero yo pienso que es un momento muy bonito, cuando nos equivocamos, tenemos que empezar una y otra vez, trabajamos juntos. No somos perfectos, tenemos que equivocarnos porque es lo que acaba uniendo a todo el equipo y creamos una familia. Y eso surge de los ensayos. No estamos haciendo nada extraordinario, son sentimientos humanos, y la música es el lenguaje de nuestras almas. Si no somos sinceros, honestos, no podemos conectar con el público.
—No es usted de las que llegan al teatro dos días antes del estreno.
—No. Si lo haces, no logras crear esa familia. Es por lo que amo al Liceo, porque siempre nos dan tiempo de ensayar, de conocernos. No puedes venir dos días antes, pensando que eres la diva, que cantas tu parte y ya está. El público se maravillará con tu voz, pero la música es otra cosa. Son sentimientos humanos, tienes que explicar una historia. Aunque tengas la voz más potente y más bella y con la mejor técnica del mundo, tras diez o quince minutos de función la sorpresa ya ha pasado. Y te quedan horas por delante. El público necesita algo más.
—¿Ese algo más es lo que hace que su Suor Angelica emocione tanto?
—Angelica tiene un lugar especial en mi corazón. Cuando me llamaron para cantar Suor Angelica en Londres no la había cantado nunca antes, y teníamos solamente una semana antes del estreno, ya que se trataba de una sustitución. Yo había perdido recientemente a mi padre y a mi madre. No había podido ni siquiera llorar, estaba en otro mundo. No comenté nada ni a la Royal Opera House ni a los compañeros, porque consideré que era asunto mío y no quería que me compadecieran. Opté por guardarme esa tragedia y canalizarla a través de la música, llevarla al público. Me acuerdo de que en el ensayo general, cuando Angelica es finalmente informada de que su hijo está muerto, fue cuando lloré por mis padres por primera vez. Ya no era la joven madre, Angelica, que ha perdido a su hijo, sino Ermonela, la hija que ha perdido a sus padres. Por eso impacté al público. No por la técnica, ni por la voz. Desde entonces, para mí, cuando subo al escenario es como si lo hiciera por primera y última vez en la vida. Voy al límite. Después de treinta años de carrera, necesito hacer un viaje espiritual, no ser solo una diva cantando las notas.
—¿Le pasa solamente en Suor Angelica?
—En todos los papeles. Necesito darlo todo. ¿Para qué se creó el teatro en la Grecia antigua? Para lograr una catarsis, y es lo que seguimos buscando. Es cierto que ahora tenemos también el negocio... pero no puedes negociar con tu alma. Para mí es también una terapia. El dolor conecta a los seres humanos. En el escenarios tenemos que dejarnos ir. Me siento muy afortunada de poder hacerlo.
—Oiga, ¿y no es agotador? Porque Suor Angelica muere, pero Ermonela luego tiene que ir al camerino, cambiarse, irse a casa, hacerse la cena...
—Sí, lo es.
—¿Y cómo lo gestiona emocionalmente una vez baja el telón?
—Sigo sin haber aprendido a gestionarlo. Acabo muy emocionada, y a veces la emoción me dura toda la noche. Aunque haya cantado un papel más de cien veces. O, como La Traviata, casi trescientas, voy siempre más y más al fondo. Algunas veces, cuando te has entendido bien con el director, con la orquesta, con el equipo, es una sensación tan poderosa que cuando salgo a saludar siento como si flotara, e incluso he necesitado cogerme a alguien, o a algo.
—¿Por qué no graba usted más a menudo?
—Prefiero las actuaciones en directo. Los DVD que he grabado son todos, por ejemplo, de representaciones en vivo. El disco 'Anima rara' es el resultado de la búsqueda de algo novedoso, necesito explicar algo diferente, y esto lleva tiempo. Hoy en día las discográficas piensan en términos de negocio, o corrección política, de todo menos música. Y para mí, lo siento, la música es mi terapia, mi catarsis, necesito respetar mi alma. Si tengo propuestas interesantes, grabaré cinco, diez, cien discos, pero si se trata solo de negocio, no es para mí.
—¿Cómo se siente en el terreno del lied?
—Canté mucho lied, y también música barroca, al inicio de mi carrera. Después de mi disco 'Anima rara' empecé a ofrecer más en recitales. Me gusta mucho el lied, y también la música española, que voy a incluir más a menudo en mis conciertos. Es una muestra de respeto por este país. He estado viniendo a España a trabajar mucho tiempo, y creo que es mi deber valorar el patrimonio de un país que me ha dado tanto.
—¿Qué compositores españoles va a cantar?
—Rodrigo, Falla, Albéniz... Me gusta mucho, me siento un poco española. Nos une el Mediterráneo, llevamos fuego en nuestra sangre. También cantaré en catalán, por cierto. Y zarzuela. Es un país muy especial, donde percibo un gran amor por la cultura y los artistas. Este repertorio me hace crecer como cantante y como artista.
—¿Cómo trabaja este repertorio, escucha grabaciones?
—Sobre todo Victoria de los Ángeles, me gusta mucho. Daré mi versión personal, claro, y estoy trabajando mucho la pronunciación, igual que hago en otros idiomas.
MÁS INFORMACIÓN
—Usted nació en la Albania comunista, vivió de cerca la guerra de los Balcanes… ¿cómo ve ahora la guerra de Ucrania?
—¡Oh, Dios! No aprendemos del pasado. Si lo hiciésemos, no volveríamos a llegar a este punto. Me resulta en cierta manera familiar. Da igual quién tenga razón, quien sufre es la población de ambos países. Es ridículo que hoy sigamos teniendo situaciones así. Todo gira alrededor del poder. Poder, poder, poder, más poder. Pero, ¿para qué? Todos moriremos algún día. ¿Qué harán entonces con el poder?
—Quizás tengan una tumba más grande y bonita.
—¡Pero seguirán estando muertos!
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete