Descubierto un templo de los Cien Pies en la isla griega de Eubea

Desde el siglo XIX muchos se embarcaron en la búsqueda de cualquier indicio que les llevase hasta el santuario de Artemisa Amarintia, siguiendo ese radio de 14 kilómetros (7 estadios) desde los muros de Eretria establecido por el geógrafo e historiador griego.

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En 1987, el descubrimiento de decenas de idolillos cerámicos en una ermita a unos 10 kilómetros de Eretria hizo pensar a la arqueóloga Efi Sapuná-Sakelaraki que el santuario podría estar cerca de esa ubicación. Sin embargo, la hipótesis fue rechazada porque el enclave estaba a tan solo 11 kilómetros de la muralla antigua de Eretria.

La investigación dio un giro en 1988, cuando Denis Knoepfler, profesor de la Universidad de Neuchâtel planteó que la información sobre los siete estadios podría ser un error realizado por el copista de la obra de Estrabón, quien habría confundido la consonante griega ζ con la ξ, usada para escribir los números seis y sesenta en griego. Bajo esta hipótesis el santuario se encontraría a 6 estadios, es decir, a 11 kilómetros de Eretria.

En 2007, unas catas arqueológicas realizadas en la colina de Paleojoria sacaron a la luz restos arquitectónicos pertenecientes al periodo Protogeométrico (siglo X a.C.). En los siguientes años, los arqueólogos suizos llevaron a cabo campañas arqueológicas sistemáticas que consiguieron recuperar los restos de una stoa (un espacio arquitectónico cubierto, de planta rectangular alargada) de unos 70 metros formada por 19 columnas dóricas y que confirmaron la hipótesis de Neuchatel.

Los arqueólogos hallaron en 2017 los cimientos de un edificio monumental (39 x11 metros) ubicado en el corazón del santuario. Durante la campaña de excavaciones arqueológicas del pasado 2023 llevadas a cabo por la Escuela Arqueológica suiza de Grecia, fue descubierto un templo datado en el siglo VII a.C. cuyas características se corresponden con los denominados templos de 'los Cien Pies' (unos 34 metros de longitud).

En el interior de este edificio se han encontrado varios altares, incluido uno en forma de herradura donde se encontraron restos de cerámica fechados a finales del siglo VIII a.C. Además, se han recuperado opulentas ofrendas como, por ejemplo, vasijas áticas, joyas de metales preciosos decoradas con coral y ámbar, o amuletos traídos desde Oriente que demuestran la antigüedad del culto a la diosa Artemisa.

Bajo los restos del templo arcaico, los investigadores han localizado los cimientos de un edificio anterior donde se han recuperado varias figuras de bóvidos de bronce pertenecientes al periodo geométrico, así como una espectacular cabeza de toro micénica. La estratigrafía en este ha revelado también restos de construcciones pertenecientes a los siglos IX y VIII a.C., lo que hace a los expertos suponer que el culto a Artemisa en Amarintia tiene sus raíces en los siglos posteriores al final del período micénico.

Paralelamente a las excavaciones del santuario, la Escuela de Arqueología Suiza en Grecia en colaboración del Eforato de Antigüedades de Eubea está llevando a cabo un estudio sistemático de la superficie en la cuenca del Sarandapotamou, que se extiende entre Amarintia y la antigua ciudad de Eretria, con el fin de entender la relación del santuario con el paisaje antiguo, así como la distribución de los asentamientos rurales, las necrópolis, las canteras, los terrenos agrícolas y la red de comunicaciones (haciendo especial hincapié en la vía que unía el santuario con Eretria), y trazar su evolución a lo largo de los siglos.

Por su parte, las catas realizadas en la parte superior de la colina confirmaron la existencia de imponentes murallas de la Edad del Bronce Antiguo (III milenio a. C.) que hacen pensar a los arqueólogos en la existencia de un sofisticado sistema de fortificación en el asentamiento prehistórico.

Aparte de los restos de las murallas, no han quedado apenas restos materiales de época prehistórica ni posterior debido a la gran acidez del suelo en esta sección del yacimiento. Entre los escasos hallazgos que los arqueólogos han conseguido recuperar se encuentra una tumba con ajuar cerámico del Bronce Final.