Lo contrario de la política, del tribalismo

Noticia Relacionada

Karina Sainz Borgo: «Mientras haya criterio, estaremos salvados. Habrá periodismo»

Jaime G. Mora

Karina Sainz Borgo recibe el premio Gistau con una defensa de la escritura con «nervio, lecturas e independencia»

Antes fueron llegando los invitados, gente de la cultura y de la prensa, principalmente. Y todos lectores de periódicos, por supuesto. Lorenzo Silva contaba su Bagdad: «En los coches militares no hay aire acondicionado. Es un país destrozado». Y Garci rio antes de puntualizar que a las nueve jugaba el Madrid. «Es Champions. ¡Qué habría pensado David de celebrar esto hoy!». Por cierto, ¿si el Cavia es el Oscar del periodismo español, qué es el Gistau? «¡El Pulitzer!», soltó, rapidísimo de reflejos.

Se habló mucho de periodismo, claro, antes, durante y después del acto. Julián Quirós, director de ABC, aseveró: «Solo los hechos pueden sustentar ya nuestras palabras». Y Joaquín Manso, ídem de El Mundo, emparentó a la galardonada con Gistau: «Tienen en común esa denuncia de los tribalismos como enemigos de la convivencia». Luis Enríquez, CEO de Vocento, presentó con Santiago Mazarro el documental 'Mientras podamos preguntar', que vino a ampliar el debate de la profesión desde el pluralismo y sumó nombres que no estaban en la sala: Carlos Alsina, Rubén Amón, Ignacio Escolar, Mónica García Prieto, Antonio Lucas, Marta García Aller, Ignacio Camacho (él sí estaba), Pedro García Cuartango, Carlos E. Cué, etcétera.

Margarit prometió que el poema es la antítesis de la política, porque no puede mentir. Pero a estas alturas ya la política es lo contrario de muchas cosas. De las celebraciones. De la prensa. De los matices. De la risa. Ya en el atril, Jesús García Calero, director de ABC Cultural y presidente del jurado del Gistau, bromeó sobre y con sus colegas de votación: «Ni por un momento cedieron en lo de hacer la reunión en Suiza. Ni de lejos permitieron la presencia de un verificador». Por eso premiaron la columna de Karina Sainz Borgo, 'Aunque digáis lo contrario', que levanta un muro pero no entre izquierda y derecha, el bien y el mal, el fascimo y lo otro, sino entre el odio y la palabra. Y de paso señala lo que nos queda, que es mucho. «Lo tribal enceguece y envilece, aplana, lamina y vulnera la igualdad. España eso lo sabe bien, a pesar de quienes pretendan olvidarlo, manosearlo o reescribirlo arropados por el cansancio, el hartazgo o el resentimiento. Aunque digáis lo contrario, el edificio sigue en pie, incluso cuando llueven piedras».

Hay muchas formas de explicar que la literatura no es política. Karina Sainz Borgo lo resumió en una frase redonda tras recoger el premio y agradecer a Gistau las lecciones, allá en la memoria: «No escribo porque sienta que debo explicarle al mundo que tengo útero (…) Este no es cualquier premio, este es un Gistau». Y luego se aplaudió fuerte. Y hubo vino y cerveza y refrescos, pero no negroni. Eso es para otras horas. Para después del Madrid, por ejemplo.