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ABC Cultural

La segunda vida de Chillida Leku, la utopía que un día soñó el escultor

Tres más de ocho años de cierre, el próximo día 17 reabre sus puertas en el caserío Zabalaga, en Hernani,el museo del genial artista

Detalle del Arco de la libertad (acero corten, 1993) ante el caserío Zabalaga, siglo XVI Íñigo Santiago

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Los grandes hombres tienen grandes sueños y el escultor Eduardo Chillida no fue una excepción: soñó con vaciar la montaña de Tindaya (quedó en un sueño imposible) y soñó una utopía: «Encontrar un espacio donde pudieran descansar mis esculturas y la gente ... caminara entre ellas como por un bosque». Este sueño no fue inalcanzable. En 1983 el artista y su esposa, Pilar Belzunce, adquirieron el caserío Zabalaga , del siglo XVI, en Hernani, a pocos kilómetros de San Sebastián. Durante años fueron (re)modelando con mimo, como si fuera una escultura más de Chillida, aquella vieja casona en ruinas, cuyo jardín, de once hectáreas, está poblado de hayas, robles y magnolios . En 2000 Chillida Leku, el lugar de Chillida , abrió sus puertas. Arte y naturaleza, en total comunión. La inauguración se celebró por todo lo alto.

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