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ABC Cultural

Ataque a la 'Gioconda'

Un pastelazo agridulce

En nuestro mundo de expansión de la 'ventana indiscreta' era lógico que las agresiones contra el arte se hagan desde una silla de ruedas. No hay discapacidad sino afán de mostrar la extraordinaria potencia de la impotencia

Atacan a la 'Gioconda' en el Louvre

Fernando Castro Flórez

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El deslizamiento, diagnosticado por Marx, de la tragedia la farsa, vuelvo a insistir también yo en un eterno retorno de lo bufonesco. Desde hace años 'se ataca' a la Gioconda. Dalí no pudo perder la ocasión y escribió páginas delirantes o paranoico-críticas sobre esa ... violencia desatada por una señora de sonrisa enigmática. Todo empezó cuando, paradójicamente, el cuadro de Leonardo, que no era, ni mucho menos, una obra referencial , desapareció del museo. Suena a magia cuando en realidad fue un robo que incluso parecía haber implicado a Picasso y sus secuaces poéticos. Parece ser que cuando solamente quedaba 'el hueco' de la Gioconda, en el Louvre decidieron invitar al público a contemplar esa 'ausencia'. Ahora tenemos, de pronto, el tono de algo que podría derivar hacia la jerga heideggeriana o incluso hacia la 'falta' lacaniana. Por obra y gracia de un betseller, de cuyo nombre no quiero acordarme, encontraron un 'código', necesariamente templario o masónico para hacer que el público se volviera loco con el cuadro. En realidad, lo que sucedió fue que las colas crecieron hasta ser prodigiosas, un espectáculo de aborregamiento museal que solamente sirve para hacer la foto que los vigilantes de sala tratan, en vano, de prohibir.

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