Del Museo del Prado a Wallapop: la rocambolesca historia de un supuesto ecce homo de Murillo

En 2020, la entidad pública sacó a subasta la obra dos veces: en enero (se declaró desierta) y en julio. La tasó en 900.000 euros , aunque se vendió por mucho menos, según cuenta el comprador, que prefiere no revelar su nombre por seguridad. En conversación con ABC, el propietario reconoce que es el primer cuadro que adquiere, porque apenas sabe nada de arte: «Picasso y poco más».

«Estaba comprando otras cosas, una nave y un local, creo; lo vi de rebote. Yo no suelo comprar esto, suelo comprar inmuebles... En este caso, mi mujer, que entiende, me dijo: "Esto vale una pasta". Estuve pujando hasta las seis de la mañana y me lo llevé yo», cuenta, al otro lado del teléfono.

Según su relato, fue a buscar el cuadro a Barcelona, a la Agencia Tributaria. Luego se lo trajo a Madrid y lo depositó en la Sala Retiro , donde intentó subastarlo en la Navidad de 2020. No consiguió venderlo: «No lo voy a regalar, no tengo necesidad». El lienzo, por cierto, sigue expuesto allí.

—¿Pero por qué lo vende ahora por Wallapop?

—Porque considero que la subasta, el tema del arte, es un mundillo muy extraño (...) Estaba con mi sobrino y me dijo: «Mira, están vendiendo cuadros aquí». Lo pusimos ayer... También estoy barajando llevarlo a Hong Kong, pero tendría que hablar con el Ministerio de Cultura para exportarlo.

El propietario de la pieza cree que el mercado no está siendo justo con su Murillo. «Vale mucho más de lo que me ofrecen. Pido 500.000 euros, aunque creo que vale hasta más».

La autenticidad de la obra, datada hacia 1660-1670, cuenta con el respaldo de E nrique Valdivieso , catedrático de la Universidad de Sevilla, que en 2015 firmó un estudio que confirmaba la autoría de Murillo. «Murillo hizo decenas de réplicas, en las que intervienen miembros de su obrador (...) Pero este ecce homo sería el original, o estaría muy cerca», afirmó el experto a 'El País' en julio de 2020.

La ficha de la Sala Retiro, que aún puede consultarse en su web , destaca su «excelente estado de conservación». Además, apunta que en el dorso hay una 'Y' que podría corresponder a la colección de los duques de Montpensier : esto es, la familia de Antonio de Orleans.

Por lo visto, también hay una etiqueta de la Junta de Incautación, que revela una peripecia curiosa. «Sabemos que fue requisada durante la República por la C.N.T., siendo depositada por la Junta de Incautación en 1937 en el Museo del Prado para su protección durante la Guerra Civil. El 28 de agosto de 1940, según registro del archivo del Museo del Prado, la obra se devolvió al Infante don Carlos de Borbón junto con otras dos piezas incautadas», precisa el texto.

Del estilo y el tema del cuadro, señala: «A pesar de ser un Cristo sufriente, la afluencia de sangre es mínima y el rostro no refleja dolor, sino una expresión recogida y muy serena, siendo lo más dramático de esta obra el magnífico rojo del manto anudado a un lado y el maravilloso tratamiento de la luz».

«Todos estos datos los tengo en suspenso (...) Son datos que no he podido comprobar personalmente», comenta Pablo Hereza , autor del 'Catálogo Razonado' de Murillo. Él pone en duda la versión de Valdivieso. «Yo creo que no es un Murillo, creo que es una buena copia, y que todavía tiene pendiente el estudio de su procedencia. No creo que se pueda considerar obra autógrafa», asevera.

Además, asegura que estamos ante una operación, como poco, extraña: «Es muy raro. Una persona que saca el cuadro en la Sala Retiro, que es prestigiosa, y lo pone luego en Wallapop... Me resulta raro, no es lo usual en el mundo del arte».

Lo mismo opina el historiador del arte Benito Navarrete . «Es bastante extraño. Nos sorprendió a los especialistas en su momento, y estamos todos sorprendidos con la evolución de esta historia –afirma–. El hecho de que se quede ‘invendida’ y vaya bajando su precio con el tiempo no es buena señal».