La lomografía lleva su magia al cine
Las cámaras Lomokino ponen de manifiesto cómo lo analógico sigue presente en plena era de la tecnología
LAURA RIESTRA
«Pasquale, lo que me cuentas me gusta, cuenta con el cine Palafox ». Con estas palabras se cumplía un pequeño gran sueño para los que llevan años defendiendo una filosofía y para la que es la protagonista de este reportaje: la lomografía.
Pero ... hemos empezado por el final, o al menos por la mitad de esta historia en la que la fotografía lomográfica ha dado un paso más en su trayectoria profesional: el salto al cine. Todo comienza el día 3 de noviembre de 2011 con el nacimiento de la Lomokino , una cámara con la que poder rodar películas con cualquier tipo de película de 35 mm . Con su llegada, la filosofía lomográfica trata de reafirmar su mensaje en plena era tecnológica: lo analógico no solo no ha muerto sino que, además, forma parte del futuro.
«Esta cámara sigue la estela de lo que hemos venido haciendo hasta ahora: facilitar el poder hacer fotos y cine a un precio muy razonable. En este caso se trata de una cámara muy simpática para cuyo diseño se ha investigado históricamente sobre cómo eran las cámaras antiguamente y se ha reeditado un modelo de los viejos», explica a ABC.es el Embajador lomográfico en Madrid, Pasquale Caprile.
De hecho, la Lomokino, como le ocurre a las cámaras de fotografía lomográficas, parece de juguete pero en su caso, además, nos remonta al pasado de la mano de una técnica absolutamente manual con la que se pone en marcha y que a su vez de la mano del que es uno de sus componentes más característicos que tiene: su manivela lateral , que hay que girar para empezar a crear nuestra película.
Sus capacidades
Eso sí, por muy básica que parezca, la Lomokino tiene unas características técnicas nada despreciables: una lente de 25 mm y una velocidad de disparo 1/100 . Por otro lado, permite elegir la apertura del diafragma entre f/5.6 y f/11 y en cuanto al enforque, se puede seleccionar el macro -con tomas desde 0,60 centímetros- o el normal, desde un metro. Con estas propiedades y la técnica, que nos remonta a los orígenes del cine , podemos capturar 144 fotogramas en una película de 35 mm. En tiempo, según nos explica Caprile, son unos 40-45 segundos por rollo .
Pero eso sí, con esta técnica también se recupera una parte muy importante de lo que, al fin y al cabo, define a la lomografía como analógica que es, aquí hay toma única : «Hay que esforzarse mucho más, aquí el resultado no se ve inmediatamente, hay que esperar uno o dos días para el revelado, por lo que hay que cuidar mucho más lo que se hace», explica Caprile.
Aquí las imperfecciones forman parte de la magia que las hace diferentes
Y es así como nacen cortos y películas en las que las imperfecciones forman parte de la magia que las hace diferentes en una etapa en la que lo digital nos acerca creaciones con imágenes auténticamente reales. Viendo este resultado, Caprile y otros lomográficos, conscientes de lo que este formato puede ofrecer, decidieron poner en marcha un festival en el que se visionarían las películas en una pantalla de cine. Y así nos remontamos al comienzo de este reportaje; el elegido para el nacimiento de la «Lomokino Premiere 2012» fue el cine Palafox.
«Teníamos la cámara y pensé lo maravilloso que tendría que ser si pudiéramos verla en un cine, en una pantalla grande . Por eso me puse en contacto con el director del cine Palafox, que escuchó mi proyecto y me permitió usar el cine. Así, a finales de enero, pudimos celebrar nuestro festival en el que quisimos convocar a gente con potencial: nominados o ganadores de un Goya», recuerda Caprile.
La forma de trabajar
Entre ellos estuvieron los ganadores de uno de estos premios, los hermanos Esteban Alenda , que a su vez se convirtieron en los vencedores de esta «Lomokino Premiere 2012» y cuyo corto se puede ver en este mismo reportaje.
Pero, tratándose de gente tan experta como ellos, acostumbrada a trabajar con cámaras de última generación, ¿cómo ha sido la experiencia?. «Todos los realizadores han coincidido en el gran cambio que supone . Hay que esforzarse mucho más en la preproducción de la película: en la luz, los actores... hay que evitar las repeticiones y todo tiene que estar mucho más controlado», explica Caprile.
Con todo, asegura, lo que más han valorado los participantes ha sido el hecho de que haya que « retomar el trabajo con profundidad » así como el hecho de recuperar el formato panorámico, «les ha gustado mucho el valorar también la falta de foco, de precisión..., han quedado bastante satisfechos», concluye.
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