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La hecatombe tartésica espera compañía en el podio del premio nacional de Arqueología y Paleontología

Una veintena de proyectos optan a la segunda edición del galardón que impulsa la Fundación Palarq

Restos arqueológicos de la ciudad púnico-romana de Tipasa, Argelia ABC
David Morán

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Echó a rodar a lo grande en 2018, llenando titulares con el asombroso hallazgo de los restos de la primera hecatombe documentada de todo el Mediterráneo, un sacrificio ritual masivo cortesía de los tartesos que hacía realidad lo que hasta entonces parecía una leyenda. Fue, de hecho y como se encargaron de subrayar los investigadores implicados, la primera vez que Tarteso pasaba «de mito a realidad arqueológica», por lo que se entiende que arqueólogos y paleontólogos anden estos días algo inquietos por saber qué proyecto tomará el relevo a la excavación de Casas del Turuñuelo y subirá al podio del segundo premio nacional de Arqueología y Paleontología impulsado por la Fundación Palarq.

El galardón, dotado con 80.000 euros, busca compañía para “Construyendo Tartesos” y anda sobrado de pretendientes. Ahí están, por ejemplo, la excavación egipcia de Heracleópolis Magna, foto fija del Egipto faraónico, o las huellas de los primeros seres humanos en la Garganta de Olduvai (Tanzania), dos de los proyectos internacionales que optan a un galardón que, a diferencia del resto de ayudas de la Fundación Palarq, destinadas a misiones de investigadores españoles fuera de Europa, sí que puede otorgarse a trabajos en el ámbito nacional.

De ahí que en la lista de finalistas quepan proyectos como la investigación arqueológica subacuática en las cuevas de Mallorca, la paleobiología y evolución de los neandertales de El Sidrón, la investigación de la villa romana de Salar, en Granada, o el estudio de la cultura megalítica en Málaga y Sevilla.

La «reconstrucción» de la ciudad fenicia de Útica, la aproximación a las creencias y prácticas religioso-funerarias durante el periodo saíta en Oxirrinco, la arqueología de la Segunda Guerra Púnica, las excavaciones arqueológicas en Luxor o las formas de vida de agricultores y ganadores en Próximo Oriente completan la lista de proyectos seleccionados para un premio que se fallará a principios de 20201 y con el que la Fundación Palarq aspira a reconocer la excelencia y originalidad de proyectos arqueológicos o paleontológicos dirigidos por equipos de investigación españoles.

Ayudas a 59 misiones

En realidad, este premio nacional no es más que la guinda al trabajo que desde 2016 realiza la fundación que el mecenas Antonio Gallardo creó para apoyar las misiones en arqueología y paleontología humana españolas en el extranjero y del que ya se han beneficiado cerca de 200 proyectos. Este año, apuntan desde la fundación, la complejidad de la pandemia ha requerido de un esfuerzo adicional centrado en asegurar un apoyo moral continuado a los equipos de investigación. «Que nadie se olvide de la arqueología y la paleontología humana, aunque las restricciones nos impidan ir a excavar», en palabras de la directora de la Fundación Palarq, Carolina Bähr.

Además, la Fundación ha incrementado el número de proyectos subvencionados y suma para 2021 un total de 59 misiones repartidas en una treintena de países y beneficiadas por ayudas de hasta 20.000 euros por campaña. El estudio del paisaje agrario prehispánico andino en las terrazas imperiales Huari e Inca del valle de Sondondo, el origen del homo sapiens y su adaptación a los entornos costeros en Kilwa (Tanzania), la arqueología del pastoralismo nómada en Mongolia, los primeros pasos humanos en Chile y los yacimientos de Tighennif y Loc 14, entre otros, son algunos de los 15 proyectos que la fundación respalda por primera vez.

Durante este año, apunta la fundación, se han podido ejecutar 30 de los 48 proyectos subvencionados en la convocatoria de ayudas de 2019. Para los 18 restantes que se han visto afectados por las restricciones derivadas de la pandemia mundial, la Fundación sigue apoyando a los equipos para que, llegado el momento, puedan reanudar su actividad: «Todos sabemos, y los investigadores también, que la pandemia tiene un final y que podremos retomar la actividad. Mientras ese momento no llega, desde la Fundación Palarq seguimos comprometidos con todos ellos y trabajamos para seguir poniendo en valor la excelencia y el prestigio del trabajo de los equipos españoles», destaca Bähr.

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