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Santa Clara remendó el hábito de San Francisco de Asís con su propia capa

Diecinueve de los 31 parches de la túnica provienen del manto de la santa

Andrea Cova/Revista "San Francesco"

ABC

En la capilla de San Nicolás de la Basílica de San Francisco de Asís se conserva el hábito que vestía este santo italiano, una humilde túnica remendada con hasta 31 parches. Una investigación del erudito alemán Mechthild Flury-Lemberg que publica en su último número la revista «San Francesco» revela que fue Santa Clara quien reparó la tosca sotana con su propia capa. Hasta 19 de los parches cosidos por la misma mano provienen del manto de la fundadora de las hermanas clarisas.

«Es un descubrimiento que nos habla de la devoción, la estima y el afecto espiritual del hombre por los demás, pero en este caso de Clara por Francisco», afirma el padre Enzo Fortunato, director de la revista, antes de añadir que «solo el amor puede reparar, parchear y comenzar de nuevo».

El arzobispo de Benevento, monseñor Felice Accrocca, destaca la «relación intensa y libre» entre estos dos santos que optaron por seguir a Jesucristo. «Nada extraño que Clara hubiera parcheado el hábito de Francisco: muchos testimonios dicen que ella sostenía a menudo aguja e hilo», añade Accrocca en la nota de la revista.

El estudio del especialista alemán en telas antiguas fue publicado en 1988 por Abegg-Stiftung Bern, pero pasó inadvertido durante años y solo la revista franciscana informó sobre él en 1989. En él explica que, según los biógrafos de San Francisco, el santo solía dar su ropa a los pobres, hasta que su generosidad comenzó a dañar su salud y sus hermanos se vieron obligados a prohibirle esta costumbre. Estas historias explicarían que se hayan conservado tantas túnicas del santo. Una de ellas se encuentra en Cortona, otra, de lana blanca, en el convento de Santa Clara en Asís, y la tercera, objeto de su investigación, en la Basílica. Este último, de lana rugosa y arrugada, es de color gris oscuro, con trozos cosidos de lana marrón que proceden del manto de Santa Clara.

Mechthild Flury no tiene dudas de que la operación fue realizada por la santa, aunque se pregunta cuándo fue ejecutada ya que Clara sobrevivió muchos años a San Francisco. ¿Reparó la túnica cuando el santo aún estaba vivo o la «embelleció» con su capa después de su muerte, como un último acto de amor, cuando la túnica ya se había convertido en una reliquia? En opinión del experto, «el estado bien conservado de las costuras testifica a favor de esta segunda versión».

El descubrimiento de las piezas tomadas del manto de Santa Clara confirma, según Flury, la autenticidad de la túnica de San francisco, la última entre las muchas atribuidas al santo.

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