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ABC Cultural

Papel de fumar

La infancia arrebatada según Sorrentino

«'Fue la mano de Dios', igual que la vida, empieza siendo una comedia ligera y acaba revelándose como otra cosa más compleja. Dura ciento treinta minutos: lo que se tarda en comprobar que de la infancia no se sale. Que te echan a golpes»

El protagonista de 'Fue la mano de Dios'
Bruno Pardo Porto

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Hay muchas excusas para subir a alguien a casa, pero ninguna tan genial como la que la baronesa Elisabetta Focale utiliza con el jovencísimo protagonista de ‘Fue la mano de Dios’: «Fabietto, ha entrado un murciélago en el comedor, ¿podrías cazarlo?». Cómo negarse, claro. Hay ... que imaginarse a la señora minutos antes, celebrando esa sombra voladora como si fuera el Gordo de Navidad y pensando para sus adentros: por fin, esta es la mía. El chaval pasa y comprueba que no miente, pero para cuando se quiere dar cuenta está en su cuarto, cepillándole la melena en una escena cargada de tensión hasta las trancas. «Muy bien, ya basta», dice ella pasado el rato. Él se levanta anunciando su intención de marcharse, pero en un giro de guión mareante escuchamos: «De eso nada, ahora tienes que peinarme la grieta». El resto es historia del cine.

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