Annie Leibovitz renegocia su deuda sin perder los derechos sobre su trabajo
En 2009 pidió un crédito de 24 millones a Art Capital, al que no pudo hacer frente. A punto de declararse en bancarrota, ha salido en su ayuda Colony Capital
Annie Leibovitz está en la ruina pero no se rinde. Para quitarle sus fotos tendrán que pasar por encima de su cadáver. La célebre fotógrafa ha cerrado un acuerdo para renegociar su millonaria deuda y dejarla en manos de Colony Capital, una empresa de capitales ... privados que en su día ya se hizo con los derechos del rancho de Michael Jackson. Ahora serán socios y acreedores únicos de la Leibovitz. Es una fotógrafa genial pero no un genio de las finanzas. Es manirrota. Es desorganizada. Además, la ley no le permitió heredar plenamente de su pareja, la escritora Susan Sontag -el matrimonio homosexual no vale en Nueva York-. Y es madre soltera de tres hijas.
Pero quizás el mayor reto para Annie Leibovitz es la combinación de su temeridad financiera con su terca negativa a vender los derechos de sus fotografías. Esto podría reportarle, sin duda, una fortuna. Pero la artista siempre se ha negado a ceder el control. Así, ha evitado por ejemplo que su famosa Demi Moore embarazada y desnuda ilustre calendarios a la venta en el barrio chino. O que su John Lennon abrazándose a Yoko Ono horas antes de morir decore tazas en Starbucks.
En 2009 la fotógrafa empezó a estar en números rojos y recurrió a Art Capital, una firma que tiene fama de ser el monte de piedad de muchos artistas, si bien hay quien les atribuye ciertos tintes usureros. Con usura o sin ella, Leibovitz puso el tesoro de sus negativos, más las tres casas que posee en Nueva York, como garantía de un préstamo que llegó a alcanzar la mareante cifra de 24 millones de dólares.
Cuando Leibovitz se empezó a retrasar en los pagos, incumpliendo además la promesa de vender derechos de sus fotos para hacerles frente, todo el mundo se puso nervioso. La misma Art Capital se enfrentaba a una publicidad pésima si ejecutaba el préstamo. Quedarían como los verdugos de una de las obras fotográficas más populares del mundo. Al final retiraron la petición de que la fotógrafa se declarara en bancarrota y se prestaron a renegociar una vez más.
Una solución
Finalmente, ha surgido una solución: Annie Leibovitz ha trasladado su deuda de Art Capital a Colony Capital, una firma menos voraz, según ella dice, y que le permite mantener los derechos de su trabajo ella sola, sin compartirlos con nadie. El acuerdo dice que la ayudarán a comercializar su trabajo. Pero la última palabra seguirá teniéndola la artista.
Por ahora todo son halagos mutuos. La artista define a sus nuevos socios como «un equipo creativo y dedicado» que le garantiza «el apoyo y la libertad necesarios» para proteger su obra y su archivo. Mientras, Tom Barrack, fundador de Colony, afirma que su objetivo es ocuparse de la parte técnica del negocio para que Leibovitz pueda estar sólo pendiente de su pasión, que es hacer fotos, «como sólo ella puede hacerlo». A ver cuánto dura esta vez la luna de miel.
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