San Sebastián 2016, un barco a la deriva
Su «capitana», Itziar Nogeras, que llegó al puesto de mandos envuelta en la polémica, salta por la borda ocho meses después. Reunión urgente del Patronato el viernes
San Sebastián 2016, un barco a la deriva
Lo que mal empieza mal acaba. La directora general de la Capitalidad Cultural Europea San Sebastián 2016 , Itziar Nogeras , ha saltado por la borda de un barco que naufraga a la deriva, a un año y medio de su botadura. Y su patrón, ... el alcalde de la ciudad y presidente del Patronato de la Fundación , le acaba de dar el último empujón.
Tras el órdago lanzado ayer por Nogeras a las instituciones , a las que les preparó una «encerrona» convocando a los medios para anunciarles que se iba, el primer edil de Bildu aseguró este miércoles por la mañana en la junta de portavoces que no aceptaría una «reconsideración», cerrando el plazo de 24 horas que el Patronato dio anoche a la ya ex directora.
Nogeras se ha reunido con Izagirre este mediodía en el Ayuntamiento. «Me ha comunicado su decisión de renunciar definitivamente a su cargo», ha señalado el alcalde en una nota enviada a los periodistas. Se ha convocado además para este viernes, a las 12:30 horas, una reunión extraordinaria del Patronato de la Fundación, en la que se sientan el Ayuntamiento, la Diputación, el Gobierno vasco y el Ministerio de Cultura. Las instituciones no ocultan su indignación ante la sensación de «chantaje» al que les sometió ayer Nogeras, que no ha dado “razones objetivas” que motiven su marcha.
La ya ex directora general de la oficina de San Sebastián 2016 ha salido de la Alcaldía visiblemente «afectada» por el trance y se ha despedido de concejales y miembros del equipo de San Sebastián 2016, según testigos presentes en el Consistorio donostiarra. «Quienes creemos en este proyecto sabemos que entre todos seremos capaces de hacerlo realidad», ha afirmado el alcalde en un comunicado. La consejera vasca de Cultura, Cristina Uriarte , también reconocía esta mañana su «sorpresa» ante la espantada de Nogeras, que se suma a una larga lista de renuncias y salidas de diversos miembros de la Oficina de la Capitalidad.
Las condiciones de Nogeras
Según fuentes del Patronato consultadas por ABC, Nogeras exigió ayer tres condiciones para continuar en el puesto, que le fueron concedidas. Se trata de la aprobación del programa cultural, «ya editado en un libro», la contratación de 16 personas para reforzar su equipo –que se le prometió en tres fases; ayer se aprobaron seis nuevos nombramientos-, y un gesto de «reconocimiento moral» hacia su figura. Sin embargo, las mismas fuentes, que no ocultan su profundo malestar por el plante de Nogeras, atribuyen su salida a «motivos personales». En concreto, hablan de fricciones manifiestas con la directora cultural, Guadalupe Echevarria, la segunda a bordo.
En todo caso, las instituciones (Ayuntamiento donostiarra y Diputación foral de Guipúzcoa, de Bildu; Gobierno vasco, del PNV, y Ministerio de Cultura, del PP) coincidieron anoche en que no era tolerable el «chantaje» al que les sometió en las últimas horas Nogeras, cuya deserción se suma a la de de otro buen número de trabajadores en el último año, incluida su antecesora, en junio pasado. Concluye así la travesía de la filóloga vasca, quien hace apenas siete meses que había accedido al puesto de mandos de San Sebastián 2016 en un proceso de selección borrascoso y bajo nubarrones de amaño de concurso público.
El «fichaje» de Itziar Nogeras a la dirección de San Sebastián 2016 estuvo marcado por la polémica desde el inicio. Así lo prueba el correo electrónico enviado por ella a sus compañeros de la Fundación pro euskera Elhuyar para anunciarles que fichaba por San Sebastián 2016, antes de que se procediera a abrir la convocatoria de concurso público para la plaza. Pero entonces, tanto Bildu (en el Ayuntamiento y en la Diputación foral de Guipúzcoa), como el PNV (Gobierno vasco) y el PP (Ministerio de Cultura), optaron por el cierre de filas y ratificaron su nombramiento, garantizando la «transparencia» en el proceso.
Siete meses después, la gestión de la Capitalidad Cultural ha sido «nefasta», según reconocen fuentes políticas e institucionales, que no esconden su «bochorno» ante el espectáculo ofrecido.
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