la larga guerra del siglo XX (VIII). Entreguerras
Rusia, en guerra civil
El triunfo de la Revolución de Octubre desata la guerra civil. Los primeros intentos de revertir la situación tienen lugar en Petrogrado, aunque las escasas fuerzas del depuesto Gobierno Provisional son derrotadas fácilmente por los bolcheviques
VÍCTOR JAVIER GARCÍA MOLINA
Durante los años 1917 y 1918, la Guerra Civil Rusa se libra como una suerte de continuas escaramuzas o guerra de guerrillas. Ni el Ejército Rojo ni los contrarrevorucionarios —los «Blancos»— tienen la fuerza necesaria para plantear batallas a campo abierto.
Es un periodo marcado ... por la intervención extranjera. En un principio, son los alemanes, que ya ocupan extensos territorios rusos, quienes añaden otros nuevos como consecuencia del Tratado de Brest-Litovsk .
Sin embargo, tras la derrota de los Imperios Centrales y la obligada retirada alemana, a la lucha contra los ejércitos blancos, se suman los conflictos con las naciones que obtienen su independencia: Finlandia (que se verá inmersa en una guerra civil similar a la rusa) es la primera. Siguen Ucrania, las repúblicas bálticas, Georgia, etc… También los Cosacos del Don se levantan en armas contra el nuevo régimen.
La rebelión tardará meses en ser aplastada y su líder Kaledin termina suicidándose, pero las unidades de caballería cosacas se unen al Ejército Voluntario, que bajo la autoridad del general Denikin, hostigan sin cesar a los bolcheviques desde el Sur.
Tropas extranjeras
Las fuerzas de los países aliados, británicos principalmente, pero también franceses, estadounidenses, japoneses y en menor medida serbios e italianos se despliegan por todo el antiguo Imperio Ruso, tanto para proteger sus intereses como para impedir la expansión revolucionaria y proveer asistencia a los ejércitos blancos. Si bien, el efecto de las fuerzas extranjeras en el desarrollo de la contienda fue escaso, retirándose paulatinamente a medida que el Ejército Rojo se hacía con el control del territorio.
Mayor impacto tuvo la Legión Checa. Aislada entre Siberia y el este de Rusia, esta unidad de excombatientes no tardó en enfrentarse con el Gobierno Rojo y su avance hacia Ekaterinburgo marcó el destino del Zar, prisionero en la ciudad: ante la posibilidad de que llegara a ser rescatado, el Sóviet local decidió su ejecución y la de toda su familia.
La triple ofensiva
A finales de 1918 se realizan tibios intentos por aglutinar las dispersas fuerzas blancas bajo una única autoridad, ejercida desde Omsk —sede del Gobierno Provisional— por el almirante Kolchak. Como consecuencia de ello, se prepara para 1919 una ofensiva general desde tres direcciones, con objeto de conquistar Petrogrado, y la nueva capital, Moscú.
Desde Siberia, las fuerzas de Kolchak inician su ofensiva en marzo. El avance inicial es frenado por el Ejército Rojo a finales de abril, sucediéndose las ofensivas y contraofensivas. Pero para septiembre la retirada blanca es general.
El 14 de noviembre los bolcheviques entran en Omsk y los restos de los ejércitos de Kolchak se dispersan. De forma casi simultánea, desde Estonia, el general Yudenich lanza una ofensiva relámpago —con amplio soporte material británico—para apoderarse de la antigua capital, Petrogrado; la ciudad parece que va a caer, los blancos llegan a los arrabales de la ciudad pero los bolcheviques, liderados por Trotsky , articulan una última línea defensiva y levantan a toda la ciudad en armas. Así, cuando parecía a punto de tener éxito, la Ofensiva Yudenich se diluye y sus fuerzas de retiran precipitadamente.
Desde el sur, el Ejército Voluntario de Denikin, el de mayor calidad de todos los blancos, realiza un avance fulgurante: Odessa, Crimea y la mayor parte de Ucrania caen bajo su poder. El 20 de junio se da la orden general para avanzar directamente sobre Moscú. Es el momento crítico. El Ejército Rojo está disperso combatiendo por todos los frentes. Denikin se apodera de Kiev en agosto y la caballería cosaca apunta a Moscú.
Sin embargo, la derrota de las tropas de Kolchak en Siberia supone en el último momento un respiro para las fuerzas bolcheviques que pueden así ser reforzadas. Entre octubre y noviembre, los hombres de Denikin son derrotados y forzados a la retirada. El fracaso de las ofensivas de los ejércitos blancos en 1919 marca un punto de inflexión en la guerra. Para mediados de 1920, a pesar de que Wrangel, que fuera lugarteniente de Denikin, continuará combatiendo algún tiempo, al frente de las útimas tropas blancas, los ejércitos antibolcheviques están prácticamente anulados y la Guerra Civil ha concluido.
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