Las formaciones de izquierdas, con el soporte de sindicatos y asociaciones estudiantiles, han sistematizado una nueva campaña de protestas contra el PP, que se tradujo la pasada madrugada en el segundo ataque a la sede regional de la formación en cinco días.

La Policía Nacional detuvo a tres jóvenes vinculados a grupos anarquistas a los que se les atribuyen los delitos de daños y desórdenes públicos. Fuentes oficiales del PPCV explicaron que la primera estimación de los daños -el último ataque se produjo mediante el lanzamiento de ladrillos contra los cristales de la entrada principal del edificio- efecutada por los peritos se eleva por encima de los 3.000 euros.

En esta cantidad se incluye la reparación y la limpieza, así como los costes derivados del incremento de la seguridad contratada. De hecho, el pasado fin de semana el PPCV aumentó las medidas para evitar nuevos ataques, pero desde lunes recuperó los medios habituales.

Más allá de la cuantificación material de los ataques, el secretario general de los populares, Serafín Castellano, lamentó que estos actos vandálicos «están fuera de un sistema democrático y de Estado de Derecho».

La proliferación de informaciones relativas a presuntos casos de corrupción, así como los ajustes del gasto público, han propiciado una nueva oleada de protestas contra las Administracaciones gobernadas por el PP, especialmente en Madrid y Valencia. Las sedes de la formación en ambas capitales han sido las únicas de España en las que se han producido de forma sistemática concentraciones y ataques durante los últimos meses, especialmente desde que los populares ganaron las elecciones generales en noviembre de 2011.