El nutricionista Pablo Ojeda alerta de los problemas para la salud de poner alimentos en el lugar incorrecto del frigorífico

La manera en la que guardamos nuestros alimentos también puede afectar mucho a este aspecto. Cada tipo de producto debe guardarse a una temperatura concreta y bajo unas condiciones diferentes, algo para lo que los frigoríficos de nuestros hogares están preparados, pero que no todo el mundo conoce. Y es que, aunque no lo sepamos, meter la comida al azar puede tener algunos riesgos para la salud, por lo que debemos tener en cuenta que cada tipo de alimento tiene un sitio definido dentro de nuestra nevera.

Cada alimento tiene su sitio en la nevera, ha reconocido el nutricionista Pablo Ojeda. «Dependiendo de cómo metamos las cosas, vamos a ahorrar más o menos y nos va a durar más o menos», ha asegurado el experto en alimentación. Durante una de sus intervenciones en el programa de La Sexta 'Más Vale Tarde', este se ha encargado de detallar uno por uno dónde debemos guardar cada alimento que adquirimos al hacer la compra.

El primer estante de la nevera es «la zona que menos temperatura tiene» y, por ello, allí deben colocarse siempre los alimentos que menos refrigeración necesiten y que sean de consumo rápido: «Es para platos que vayamos a consumir ya. Embutidos, pasta fresca... y es mejor almacenarlos en un táper. Una vez que ya lo abrimos, lo expongo al oxígeno y a los olores de la nevera».

Con la parte intermedia del frigorífico también debemos tener mucho cuidado: «Muchas veces vemos una carne y la ponemos ahí, un chocolate y también, un pescado.... Pero no, ni muchísimo menos», ha recomendado el especialista en nutrición. Lo mejor es que en esta zona vayan aquellos productos que tengan una caducidad más próxima, como pueden ser los lácteos (queso, yogur...), conservas y latas o las sobras de las comidas: «Tienen que estar siempre a vista y distribuidos en función a su caducidad».

En cuanto a este tipo de productos (tomates, conservas o encurtidos), el nutricionista ha recomendado que se eviten siempre latas y se emplee mejor un táper para evitar posibles intoxicaciones alimentarias: «Es peligroso. Puede generar óxido y moho. Aparte de olor, con las microtóxinas podemos ponernos malitos», ha advertido.

Aunque es muy habitual ver las hueveras en la puerta de la nevera, Ojeda ha advertido de que este es un error muy común que no debemos cometer: «Lo más problemático del huevo es que tiene una superficie es porosa, muy sensible a la temperatura. Cuando yo estoy abriendo y cerrando continuamente, esa subida y bajada de temperatura genera unas gotitas por la condensación».

«Imagina que pasa en el huevo, si tiene alguna bacteria puede atraerla. Te estás cargando el huevo», ha señalado el nutricionista, que dice que en su lugar deberíamos colocarlos siempre en el estante de arriba y al fondo de la nevera.

Por último, el experto en alimentación ha incidido sobre lo que debe colocarse en los habituales cajones del frigorífico: «La carne y el pescado deben ir siempre abajo porque es la parte más cercana al congelador, la parte más fresca». Ojeda ha insistido en que estos productos «no pueden superar los cuatro grados», pues es cuando empiezan a aparecer las bacterias.

Además, ha aconsejado que si se compran bandejas grandes de carne, lo mejor es enrollarlas en papel film, colocar las que vayamos a consumir en un plato y congelar el resto: «Las que vayamos a consumir deben ir siempre en un plato, porque si se descongela y gotea ya mancha todo. Hay que tener precaución», ha concluido el nutricionista.