Chía

La chía es la semilla de una planta llamada Salvia hispánica, una herbácea anual que pertenece a la misma familia que otras salvias como la menta o el tomillo. Las semillas de chía son fácilmente reconocibles por su tamaño diminuto y su color chocolate. Tienen forma ovalada y un sabor suave, parecido al de la nuez.

Como hemos dicho es una planta milenaria que siempre ha tenido mucha importancia desde México hacia el Sur. De hecho, el origen de la Salvia hispánica es el centro de dicho país norteamericano, pero el 'boom' que ha vivido en Occidente esta semilla ha hecho que se puedan encontrar grandes plantaciones de esta planta, además de en México, en Bolivia y Argentina.

Las semillas de chía son una importante fuente de fibra, ácidos grasos omega 3, proteínas, vitaminas y minerales. Es verdad que su consumo facilita el tránsito intestinal y favorece la absorción del colesterol , pero esto no quiere decir que vaya a reducir tu colesterol si lo tienes alto.

Su ingesta no tiene el poder de erradicar el cáncer de nuestro organismo o de eliminar la grasa que acumulamos en el mismo. Tampoco ayuda a aumentar el tamaño de nuestros músculos.

Dicho esto, el consumo de semillas de chía tiene sus beneficios para nuestro organismo. Su alto contenido en fibra las hace ideales para mejorar nuestro tránsito intestinal y además si estás haciendo una dieta para adelgazar, comerlas te puede ayudar porque tiene un efecto saciante.

También son buenas para el colesterol y al ser una fuente muy importante de ácidos grasos omega 3 , son buenas para tu corazón.

Es un alimento muy recomendado para diabéticos porque tiene una gran capacidad para regular los niveles de azúcar en sangre. También ayuda a combatir los radicales libres porque tiene una buena concentración de fenoles.

Como muchos alimentos su consumo excesivo tampoco es bueno para nuestro organismo. Su consumo puede afectar a personas con problemas digestivos como gases o con la enfermedad de Crohn, ya que tomar semillas de chía puede dar problemas de estreñimiento o acumular gases. También puede provocar distensión abdominal.

Las semillas de chía son muy buenas si estás pensando en adelgazar porque tienen un efecto saciante, pero hay que tener en cuenta que tiene una elevada concentración de calorías, así que no hay que pasarse en consumirlas si se está siguiendo una dieta hipocalórica.

Si se tienen divertículos también se recomienda preguntarle a un profesional médico para ver si te aconseja su consumo, ya que tomar las semillas de chía puede producir inflamación en las zonas afectadas.

Para no tener problemas se recomienda tomar dos cucharas soperas de semillas al día como máximo. Es una semilla muy versátil y se puede añadir a muchos alimentos como ensaladas, zumos, yogures, etc. Porque, aunque dos cucharadas te parezcan pocas, verás que cunden mucho porque al hidratarlas se hinchan y esto, tiene una ventaja, y es que sueltan unas enzimas muy buenas para el organismo porque ayudan a aprovechar de una manera mejor todos los beneficios de la chía.

Una de las recetas más fáciles para consumir chía es hacer un pudding con las semillas. ¿Cómo? Puedes poner las dos cucharadas recomendadas con tu leche vegetal favorita, le añades una pizca de Stevia y canela al gusto y lo dejas reposar durante unas horas en la nevera. Pero las semillas de chía también se pueden añadir al yogur, añadir otra fruta, algo para endulzarlo y un poco de leche, se deja reposar y perfecto para llevártelo al trabajo y comerlo a media mañana allí.

Por tanto, una de las ventajas de las semillas de chía es que combina con muchos alimentos y es muy fácil de incluirlas en tu dieta, eso sí, sin excesos.