Tadeo contra Odyssey: leyendo una brillante parodia entre líneas
El rechazo al expolio real de los cazatesoros en el Estrecho llega a la cultura popular. Justicia poética o tal vez algo más
jesús garcía calero
Tadeo Jones es pura ficción. Y lo mismo puede decirse de los malos que le persiguen para hacerse con el oro de los incas . Como suele decirse en los créditos, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia . Pero ... igual que Tadeo es la parodia del ínclito Indiana Jones pasado por la vida de barrio madrileña, os malos de Odysseus han salido de impresiones parodiadas, dejadas en los mares reales por su fuente de inspiración.
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Capitaneados por un tal «Kopponen» («el cazatesoros más malvado del mundo de la arqueología»), Oddyseus forma en la película «un grupo ultratecnológico y expoliador que lo único que hace es buscar tesoros escondidos para revenderlos».
La parodia
El director del filme «Las aventuras de Tadeo Jones» , Enrique Gato, confesaba a ABC que la noticia del expolio de «La Mercedes» a manos de Odyssey Marine Exploration provocó en el equipo creativo la chispa necesaria para meter esa parodia del cazatesoros sin escrúpulos dentro de la película. Recordemos que Odyssey se llevó 590.000 monedas de plata y oro en un avión nocturno que despegó con las bendiciones de Gibraltar y que los Tribunales de EE.UU . han dado la razón a España y obligado a devolver el botín a Odyssey...
El final feliz, cuando devuelvan lo que queda en Gibraltar
Ambas historias acaban más o menos bien (sobre todo si alguna vez en la realidad Odyssey devuelve lo que queda de la carga expoliada en Gibraltar). La película es un buen ejemplo de cine infantil de animación 100% española que transmite valores muy cercanos a nosotros. Como producto cultural, es un altavoz para nuestra visión del mundo .
« Tadeo es un soñador empedernido y gran fan de la arqueología». Y en la realidad ha habido muchos Tadeos. Créanme que después de seguir el caso Odyssey en ABC puedo decirles que la victoria contra Odyssey no habría sido posible sin el empeño de determinadas personas que, generosamente, unieron sus fuerzas y los medios de que disponían para ayudar al Estado en una misión que al principio le dio asco asumir y si lo hizo fue empujado por la opinión pública .
Los héroes del caso Odyssey
Luego sí, España se movilizó y contrataron abogados caros y eficientes , que ganaron el caso, pero es que no podemos limitarnos a eso, a pasarnos la vida pleiteando en EE.UU. con esas minutas millonarias. Lo importante es la conciencia surgida tras el expolio, la que ha llegado a plasmar tan bien el equipo de Enrique Gato en Tadeo Jones, conciencia de respeto por nuestro patrimonio común. Españoles hubo, soñadores empedernidos y ciudadanos muy dignos que denunciaron desde el principio los tratos de nuestro Gobierno con los cazatesoros (1998-2007) y asumieron la difícil misión que correspondía a nuestras autoridades, cuando estaban mirando hacia otro lado.
Pusieron límite a los cazatesoros y dieron ejemplo a nuestras autoridades
Esos «héroes» unieron fuerzas -a veces maltratados- viniendo de lugares diversos de la sociedad -casi como los hobbits y los elfos y los magos del Señor de los Anillos-, ayudando a recopilar pruebas y manteniendo su decisión de poner límite entre todos a los cazatesoros mientras cambiaban los ministros y los Gobiernos. Dieron ejemplo más de una vez a algunos responsables poco autoexigentes que querían echar una palada de silencio sobre el asunto.
Y siguen ahí. De algún modo son los que han dado coherencia al litigio . Y los que siguen pidiendo al Estado que se tome en serio el proceso que sigue abierto en La Línea de la Concepción contra Odyssey (¿por qué lleva en diligencias previas desde 2007?, ¿a qué espera ese juez?), y que se pida el pago de las costas a la empresa, tal y como recomendó el juez en el tribunal de Tampa.
En un momento en el que la situación económica aprieta pero aún se nos permite la imaginación, nuestras autoridades deberían ver este Tadeo Jones y darse cuenta de la importancia de lo que un animador español a vuelto a poner entre sus manos: el amor por la historia compartida con América, el amor por los nombres y los restos de nuestra aventura naval (la primera navegación global) que están en los mares de papel de nuestros archivos, pudriéndose , y en todo el mundo esperando que alguien que no se parezca a Kopponen pueda rescatarlos.
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