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El refugio mallorquín de Lady Di sale a la venta por 38 millones de euros

La Princesa de Gales veraneó en esta villa en los años 80. Su propietario es el rico alemán Carsten Maschmeyer. Entre sus vecinos figuran Florentino Pérez y los fundadores de Opel

El refugio mallorquín de Lady Di sale a la venta por 38 millones de euros Engel & Völkers

martín bianchi

El título de Princesa de Gales no está a la venta. Pero cualquiera con 38 millones de euros en su cuenta bancaria puede comprar «Castillo Mallorca», la fabulosa villa mallorquina donde la malograda Lady Di disfrutó de unas fugaces vacaciones en los años 80. Ese es el precio que pide el multimillonario inversor alemán Carsten Maschmeyer (55 años) por su «casa de veraneo», una parcela de 6.000 metros cuadrados en la pequeña y exclusivísima península de La Mola.

«Se trata de la casa más cara en la zona más cara de la isla», dice Hans Lenz, director gerente de Engel & Völkers, la inmobiliaria internacional que se está encargando de la operación. Nada menos que 1.600 metros construidos en la primera línea de playa del Puerto de Andrach, refugio veraniego de ricos y poderosos como Florentino Pérez, presidente del Real Madrid , o Georg von Opel, bisnieto del fundador de la automotriz alemana que lleva su apellido.

«Es una de las residencias más espectaculares del Mediterráneo al contar con unas vistas inigualables sobre el mar y la isla Dragonera», añade Lenz. La finca, a la que se accede por un portalón de madera con herrajes que recuerda a una fortaleza histórica, se compone de una impresionante casa principal, con la zona de piscina perfectamente integrada, una señorial casa de invitados, jardines y una gran variedad de terrazas. Además, incluye un embarcadero para yates de hasta 30 metros de eslora y una gruta privada desde la que se puede contemplar una de las mejores puestas de sol de Mallorca.

La casa principal cuenta con tres dormitorios en suite, un amplio salón, cocina, comedor, sala de billar, sauna, zona de «fitness» y «piano lounge». Engel & Völkers destaca que una de las joyas es la suite «Lady Di», en la que la «princesa de corazones» se alojó durante sus vacaciones. «La habitación donde dormía Diana tiene las mejores vistas de la isla de Dragonera. Desde allí podía ver la puesta de sol perfecta», señala Lenz, que añade que ya hay varios interesados en la propiedad. «Tenemos un cliente español, un alemán, un suizo, un chino y un ruso que han preguntado por la casa. Pero a este tipo de clientes no les llama la atención que Lady Di haya pasado un verano allí. Lo que les gusta es la inmejorable ubicación de la residencia y la posibilidad de amarrar su barco en la parte trasera del jardín».

Bajo el techo de «Castillo Mallorca» han dormido músicos, actores y artistas famosos, aunque la inmobiliaria no quiere revelar la lista de huéspedes ilustres. «El propietario quiere guardar máxima discreción sobre quiénes han pasado por allí», concluye el portavoz de Engel & Völkers. Aunque todo el mundo sabe que el expresidente alemán Christian Wulff disfrutó de unas breves y polémicas vacaciones en la casa de invitados. Ese fue el principio del fin de su carrera política .

La perdición de Wulff

Solo dos semanas después de su toma de posesión como presidente, en julio de 2010, Wulff y su mujer, Bettina Körner, recalaron en la villa invitados por su amigo Maschmeyer. La pareja presidencial tenía planeado quedarse en la isla entre el 15 y 26 de julio de aquel verano junto a su hijo, el pequeño Linus Florian. Sin embargo, la tragedia del festival de música electrónica Love Parade de Duisburgo, en el que murieron 21 personas , le obligó a regresar a Berlín para apoyar a los familiares de las víctimas de la estampida humana.

Cuando la prensa alemana se enteró de que el presidente se encontraba de vacaciones en el castillo mallorquín, estalló un escándalo que hizo temblar a la cúpula de la CDU, incluida Angela Merkel. Los portavoces del gobierno aclararon que el mandatario había alquilado un «apartamento de huéspedes» dentro de la propiedad y que lo había pagado de su propio bolsillo. Sin embargo, eso no fue suficiente para acallar a la opinión pública, que no veía con buenos ojos que su jefe de Estado descansara en casa de un empresario como Maschmeyer. Wulff terminó dimitiendo en 2012 en medio de una investigación por corrupción y tráfico de influencias.

Carsten Maschmeyer no goza de muy buena fama en Alemania. El financiero, que pertenece a la llamada «Hannover-Connection» (una red de políticos, empresarios y artistas de Baja Sajonia) ha financiado infinidad de eventos de los demócrata cristianos. Con una fortuna estimada en 500 millones de euros ganados en múltiples inversiones –incluida la cadena de geriátricos Marseille-Kliniken–, el empresario donó un dineral para la campaña de Schroeder en 1998 y, años después, ayudó a que Wulff llegara al poder. Incluso aportó una suma para la publicación de una biografía del político que muchos leyeron como una «campaña encubierta».

Tras la caída de Wulff, a Maschmeyer le ha costado mantener un bajo perfil. Hace unos meses volvió a las portadas de la prensa alemana tras recibir varias amenazas de muerte anónimas. «Castillo Mallorca» ya no le ofrece ni le garantiza la intimidad de antaño. Pero por 38 millones usted puede ocupar su trono y ser el nuevo rey de esta «fortaleza».

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