Los policías locales colaborarán en las labores de vigilancia antiterrorista

A partir de ahora, la Policía Autonómica y los cuerpos municipales de policía local tienen la misión de intensificar la vigilancia sobre posibles focos de radicalización. Hay que tratar, en palabras del delegado, Santiago Villanueva, que «nuestra forma de vida no pueda ser modificada por ninguna actitud» . Todos los ojos y todos los recursos policiales son bienvenidos para evitar que en las ciudades gallegas se vivan episodios como los de Barcelona, Bruselas, París o Londres. «Se trata de una amenaza global que exige una respuesta global» , apostilló el vicepresidente del Gobierno gallego, Alfonso Rueda.

Ambos mandatarios estuvieron presentes en el encuentro, junto al presidente de la Fegamp, Alfredo García; el jefe superior de la Policía Nacional en la Comunidad, Manuel Vázquez; el general jefe de la Guardia Civil, Ángel Alonso y el comisario jefe de la Policía Autonómica, Silverio Blanco. Una escena compuesta por mandos de alto nivel : una imagen que pone de relieve el trabajo conjunto que se realiza entre los distintos cuerpos.

El encuentro, además, sirvió para analizar las directrices que el Ministerio del Interior fue abordando con los partidos, los delegados gubernamentales, o la Federación Española de Municipios y Provincias (Femp). «Ya tocaba», apuntó Villanueva, profundizar en la «necesidad de trabajar conjuntamente» con los concellos . Fruto de esa implicación, la administración autonómica anunció su compromiso de impartir formación especial a los agentes de todas las policías locales de la Comunidad.

Como responsable de la política de seguridad y emergencias en la Xunta, será Vicepresidencia, el departamento comandando por Rueda, el encargado de habilitar «planes específicos» que mejoren la capacidad de respuesta ante una «nueva amenaza» . Irá dirigida a los más de ciento cincuenta ayuntamientos que disponen de su propio cuerpo policial. En el plazo de un mes, se convocarán sesiones a las que asistirá al menos un agente por localidad. Al margen de recibir formación, se les exigirá además que comuniquen a la Policía Nacional y la Guardia Civil todos los datos de interés que permitan adelantarse a cualquier paso que puedan efectuar los terroristas. La vigilancia a pie de calle tendrá después su correspondencia en las mesas policiales, donde los efectivos desplegados comunicarán cuáles pueden ser puntos sensibles, o en qué zonas es necesario aplicar más medidas .

Podrán ser tanto dinámicas, con una mayor presencia de controles; o estáticas, haciendo uso de la colocación de macetas, bolardos o cualquier otro elemento que prevenga el acceso de vehículos, y de paso, ataques indiscriminados como el de Las Ramblas. En Santiago, el gobierno local ya los ha instalado en los accesos que rodean el casco histórico y la Plaza del Obradoiro. «Nuestra obligación es hacer todo lo posible con medidas de prevención y reacción si fuese necesario» , explicó Rueda.

Tanto la Xunta como la Delegación del Gobierno apostaron por un discurso comedido para no inocular en la opinión pública «un alarmismo innecesario» . A pesar de la preocupación generalizada que despierta el yihadismo, el mensaje escogido por las administracions y las fuerzas de seguridad fue de «tranquilidad». Sin que nadie, eso sí, desvíe la vista hacia otro lado. Lo enunció Villanueva: «No hay riesgo cero ni seguridad total» .