Puigdemont dará por roto el pacto con la CUP cuando se consume su veto a los Presupuestos

Ante las caras de desolación de los 62 diputados de Junts pel Sí, Puigdemont ha insistido en que, pese a todo, el proceso no se detiene, aunque eso sí, ha reconocido que el veto de la CUP representa una severísima vía de agua en la nave independentista. La independencia, ha transmitido Puigdemont a sus filas, sigue siendo el objetivo.

Con todo, Puigdemont ha dado ya por roto el pacto con la CUP. Fuentes del Govern citadas por Efe han indicado que el presidente catalán tiene previsto comparecer ante el pleno del Parlament esta tarde , justo antes o a continuación de la votación de las enmiendas a la totalidad de la oposición, incluida la CUP.

Fuentes cercanas al president certifican que el acuerdo de estabilidad entre Junts pel Sí y la CUP, por el que el mismo Puigdemont llegó a la presidencia tras la retirada de Artur Mas, está roto. Sin embargo, esto no significa necesariamente que finalice la legislatura, puesto que Puigdemont no tienen en mente un escenario de convocatoria electoral, según las mismas fuentes.

Puigdemont, el vicepresidente y conseller de Economía, Oriol Junqueras, y el resto de miembros del Govern se han reunido durante unos 20 minutos con el grupo de Junts pel Sí en el Parlament, antes del inicio del pleno en el que no prosperarán los Presupuestos por la enmienda a la totalidad de la CUP y el resto de grupos de la oposición, lo que abre un escenario de incertidumbre en Cataluña.

Durante el encuentro, Puigdemont ha animado a sus diputados, recordándoles que el fracaso en la negociación de los presupuestos es atribuible a la CUP, apuntando al respecto las múltiples reuniones mantenidas con los anticapitalistas para intentar acercar posiciones con respecto a las cuentas.

Puigdemont no ha dado ninguna pista sobre cuál puede ser el sigiuente paso a dar por su gobierno, si la prórroga presupuestaria, como sugiere Oriol Junqueras, o la más drástica, una nueva convocatoria de elecciones autonómicas, que como muy temprano deberían celebrarse en diciembre, un año después de los últimos comicios.

Antes de la reunión, la vicepresidente catalana, Neus Munté, señalaba que con el veto de la CUP «la legislatura queda tocada» y advertía a los anticapitalistas que su incumplimiento del acuerdo de investidura «tendrá consecuencias».