«Hace falta que el pensamiento crítico vuelva a las aulas»

—¿Qué hacía un catedrático de la Universidad de Castilla-La Mancha en Los Ángeles?

—He estado seis meses en México con una estancia de investigación del programa Salvador de Madariaga del Ministerio de Educación vinculado a la Universidad Iberoamericana. Allí contacté con una comisaria de exposiciones, Ruth Estévez, que tiene una oficina en México y es comisaria, en Los Ángeles, del espacio RedCat, promovido por dos miembros de la familia Disney, Roy y Edna. Ruth me invitó, en primer lugar, a escribir un texto para el catálogo de la exposición de León Ferrari. En un segundo momento, surgió la posibilidad de que yo también participara en la dirección de la puesta en escena del texto, y lo hice.

—¿Por qué la obra de León Ferrari?

—Ruth Estévez lleva tres años haciendo investigación sobre este proyecto. Ella conoció al artista antes de que él muriera y este año se ha celebrado en Los Ángeles un gran acontecimiento patrocinado por la fundación Getty, una de las más importante de la ciudad. Se trata de Pacific Standard Time , una muestra de arte latinoamericano y latino. Todas las grandes instituciones de Los Ángeles, museos, centros culturales y universidades han puesto en marcha proyectos propios y otros han recibido financiación por parte de la fundación Getty, como en el caso de Ruth Estévez. Con una beca importante para hacer la investigación, Estévez se desplazó a Buenos Aires y trabajó en los talleres de León Ferrari junto con otros comisarios, Agustín Díez Fischer y Miguel López. Ellos hicieron todo el trabajo de investigación para la exposición y la traducción al inglés del texto de Palabras ajenas .

¿Qué es

Un collage antibélico, antiimperialista hecho en plena guerra de Vietnam. León Ferrari lo escribe muy afectado por las imágenes de violencia y tortura que llegan de Vietnam. También se adelanta a lo que van a ser todas las intervenciones de Estados Unidos en América latina. Es un texto de denuncia de la guerra, de denuncia de la retórica política con buenas palabras, es un texto muy cuestionador del régimen de Lyndon Johnson y del papel de la religión y de la Iglesia católica en la Segunda Guerra Mundial.

—¿Cómo organiza a 30 lectores para que interpreten 200 personajes, como sucede en su performance?

—Ha sido uno de los retos de la adaptación. Realmente, León Ferrari era un artista visual. Entonces, él lo que hizo fue un collage combinando cientos de citas de diversa procedencia. Algunos personajes tienen más protagonismo, como Hitler, Pablo VI y Lyndon Johnson. Otros aparecen no con tanta frecuencia, como Joseph Goebbels, y otros son voces de la prensa, voces sin nombres. Lo que hemos hecho ha sido agrupar los distintos tipos y distintas voces, por lo que hemos intentado reunir a personas de nombre propio en voces genéricas. Luego han sido identificadas por medio de carteles que se proyectan en la pantalla, de modo que se sepa quienes está hablando.

—Usted es doctor en Filosofía. ¿Se reflexiona poco?

—Hay un problema de pensamiento crítico en general. En España, está agravado por los constantes recortes. En el caso de la Filosofía, han hecho desaparecer la asignatura de la enseñanza obligatoria o reducirla a su mínima expresión. De hecho, una de las reivindicaciones de la universidad y de mis colegas de Filosofía es la recuperación de esa asignatura porque, efectivamente, hace falta ese pensamiento crítico. Quizá no necesariamente la filosofía pura ni la de los filósofos occidentales sea el único modo. Lo que sí falta son unas herramientas para analizar la realidad, para poder descubrir la complejidad de las situaciones, no quedarse con los tópicos y estereotipos de lo bueno y de lo malo, sino conseguir comprender esa complejidad y, por tanto, poder tener una capacidad de reacción.

—¿Qué aportaría la Filosofía al intento de referéndum por la independencia en Cataluña?

—¡Uff!(risas). No sé lo que aportaría en este caso, porque estamos en un momento en que la discusión se ha llevado a términos en parte irracionales y en parte a posiciones de poder, donde el pensamiento tiene ya poco que decir. Probablemente, el pensamiento crítico habría sido necesario antes de que se hubiera llegado a esta situación. Y lo único que se puede hacer ahora es defender la democracia en todos los sentidos y en los dos lados del conflicto. Estamos asistiendo a una conculcación de derechos ciudadanos muy grave por parte del Estado español, sin quitar por ello responsabilidad ninguna a quienes han lanzado este proceso sin tener en cuenta la legalidad.

—¿En su ensayo «Cuerpos ajenos» se dibuja un relato crítico de la historia reciente de las artes escénicas, la literatura y el cine. ¿Gozan de buena salud?

—La cultura, en general, y las artes están pasando por momentos de precariedad como consecuencia de las políticas generales. Las artes están sufriendo procesos de precarización similares a la sanidad, la educación o la universidad, donde yo estoy ahora mismo. Eso no quiere decir que no haya proyectos muy brillantes y proyectos que también inciden de manera crítica y poética, de manera muy fuerte, en la realidad contemporánea. Independientemente de retos individuales, es muy importante que se entienda que la cultura y el arte son un patrimonio común que hay que cuidar. Al igual que con la filosofía, en los últimos años, desgraciadamente, no se ha defendido.

—¿Volverá a Los Ángeles?

—Volveré. Palabras ajenas se representará allí otra vez en enero, probablemente, y luego en Miami. Vendrá a Madrid, al museo Reina Sofía, seguramente en marzo-abril. Hay también prevista una presentación en Berlín, otra en Nueva York, en México y en Buenos Aires. Seguiré encargándome de ello.