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La noche electoral que nadie quiso celebrar ni lamentar

Seis miembros del Gobierno y los presidentes del Congreso y el Senado siguieron la jornada junto a Rajoy

La noche electoral que nadie quiso celebrar ni lamentar reuters

curri valenzuela

Eran las tres de la madrugada del lunes cuando el coche del presidente del Gobierno abandonó la sede de su partido en la calle Génova y enfiló hacia el Palacio de la Moncloa, una hora muy tardía de retirarse para lo que suele ser habitual ... en Mariano Rajoy. A esa hora ya no quedaba ni un solo dato no ya por computar, sino por analizar, del varapalo sufrido por el PP en todos los rincones de España. El presidente fue recibiendo la información a lo largo de siete horas encerrado en su despacho de la séptima planta y rodeado de sus más fieles colaboradores. Rajoy hizo muchas preguntas, habló poco y se lo tomó, fiel a su más puro estilo, con mucha tranquilidad.

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