En la época de la política espectáculo, el detalle y la anécdota es a menudo tan importante como el fondo, o al menos es lo que trasciende. Algo así debieron pensar los asesores de comunicación del presidente de la Generalitat, Artur Mas, que después de conseguir que CNN International entrevistase al líder nacionalista el miércoles pasado, han visto como al final lo que ha trascendido de la intervención han sido varias pinceladas anecdóticas. La web antinacionalista «DolçaCatalunya» le sacó punta al asunto con un repaso humorístico a su intervención.

Así, en el ágora o circo político que son ahora las redes sociales, lo que más llamó la atención fue que la entrevistadora, Christiane Amanpour, se dirigiese en repetidas ocasiones a Mas como Arturo, un nombre por otra parte que tampoco debió resultarle distante al presidente catalán, quien durante muchos años así se hacía llamar. Sea como fuere, el presidente catalán hizo como si tal cosa y siguió con la entrevista.

A los observadores más perspicaces tampoco les pasó desapercibida la bandera española que a la derecha de Mas ondeaba en un rincón de la pantalla. Ciertamente, los mismos asesores de Mas lo habrían tenido difícil para conseguir un fondo sin rojigualdas, neutro por así decirlo, en tanto que la entrevista se grabó en la azotea de un edificio madrileño, aprovechando la presencia de Mas en la capital española con motivo de la proclamación de Felipe VI.

Nombre y bandera al margen, la verdadera sustancia política de la entrevista llegó cuando la presentadora de la CNN planteó sus dudas sobre la verdadera voluntad indenpendentista de una sociedad donde «ni la mitad quiere separarse de España». «Bien, eso es verdad», respondió Mas, «pero créame si le digo –continuó el presidente catalán– que es absolutamente imposible saber qué mayoría hay en Cataluña a favor de la independencia si no hacemos el referéndum. El referéndum es necesario exactamente por esa razón: para saber cuán amplia es la mayoría a favor de la independencia en Cataluña».