Bachata y tiros en el pub
Un camarero y un cliente, heridos de bala en la discoteca caribeña «Sueños», local habitual de crímenes y reyertas
MARÍA ISABEL SERRANO
Dentro todavía resonaban los ecos de la última bachata. Fuera, clareando ya el día, tres individuos al parecer sudamericanos se preparaban para la refriega. Iban armados con pistolas, al menos uno de ellos. Los disparos se inician en el vestíbulo y aciertan a dar a ... dos hombres: un cliente habitual y un camarero.
Ocurría en la madrugada del jueves al viernes en la discoteca «Sueños», situada en el número 8 de la calle San Enrique, a pocos metros de Bravo Murillo, en el distrito de Tetuán. Este no es el primero, ni el único, incidente grave que ocurre en este local. Desde hace más de diez años, ha sido escenario de dos crímenes y reyertas con heridos graves. En marzo de 2000 hubo una pelea entre filipinos (dos heridos y tres detenidos). En noviembre de 2001 murió acuchillado el nigeriano Innocent U., al que la Policía encontró en medio de un gran charco de sangre a las puertas de «Último tango», que así se llamaba la ahora «Sueños».
Otro episodio: en marzo de 2004, un dominicano, Alejandro C. M. mató de dos puñaladas a su compatriota Genaro M. R. tras una discusión dentro de la discoteca. En este barrio, los vecinos que son madrileños se lamentan de la degradación, de la «tensa calma» que se respira y de la prepotencia de pequeños grupos de inmigrantes, especialmente dominicanos.
En cuanto al tiroteo del viernes último, la Policía científica encontró tres casquillos del calibre 9 milímetros «parabellum» en el lugar de los hechos. A última hora de la tarde de ayer todavía no se había producido ninguna detención. No se descarta un ajuste de cuentas.
«Sueños» es hoy discoteca y pub de bailes latinos que ha dado más de un quebradero de cabeza al vecindario de Estrecho. El local presume, en su publicidad, de «ritmos caribeños con la mejor bachata de todos los tiempos» pero es mucho más: gritos, peleas y broncas a las puertas. El vecindario está harto de llamar la atención a los que salen de ahí «pegando voces y borrachos sin importarles las horas. Es un infierno», decía ayer María C., que sufre desde sus ventanas los altercados.
Fuerte hemorragia
El último tiroteo se ha cobrado, como decimos, dos víctimas. El más grave es José Enrique J. G., 60 años, español y cliente habitual de la discoteca. Recibió tres impactos de bala en su pierna derecha, por encima de la rodilla, que le afectó a varios vasos sanguíneos muy importantes. Los servicios del Samur lograron estabilizarle pero consideraron necesario trasladarle, de inmediato, al Hospital La Paz debido a la fuerte hemorragia que presentaba. El herido entró por urgencias y fue intervenido quirúrgicamente. Su estado era grave.
El segundo herido es Antonio M. R. Tiene 39 años y es de nacionalidad dominicana. En el momento del tiroteo, estaba en «Sueños» trabajando como camarero. Según fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Madrid, se llevó un buen disparo en el tobillo. El impacto de la bala le provocó un orificio de entrada y de salida. Nada más recibir el tiro, Antonio se quejaba y se lamentaba de tener un dolor muy intenso. La lesión, vista y controlada también por los servicios del Samur, era más leve que la de José Enrique. Incluso así, se decidió su traslado al Hospital Ramón y Cajal, donde ayer permanecía ingresado.
De este suceso se ha hecho cargo el Grupo V de Homicidios. Las pesquisas siguen hoy su curso. Ayer, de momento, los investigadores trasladaron al dueño del local hasta la Jefatura Superior para tomarle declaración. Su testimonio podría contribuir a esclarecer los hechos porque los tres agresores se dieron a la fuga.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete