Castellano «para párvulos» en la Selectividad catalana
La prueba de lengua española fue, un año más, «mucho más fácil» que la de catalán
E. ARMORA
«Tirado, super fácil». Así ha resultado un año más el examen de castellano para la mayoría de los 30.000 alumnos que ayer arrancaron las pruebas de Selectividad en Cataluña. Que el ejercicio de Lengua y Literatura Castellana es más sencillo que el de ... Lengua y Literatura Catalana no es una falacia. Si alguien lo duda sólo tiene que pasarse por alguno de los tribunales y preguntar a los examinados. A algunos de los que ayer se enfrentaron al temido «filtro universitario» como Joan P. (prefiere que no aparezcan sus apellidos) determinadas preguntas del examen de castellano le parecieron «de vergüenza», «dignas de párvulos».
«Es evidente que siempre es más sencillo que el de catalán», apunta el joven, quien recuerda el caso de su hermano que hace sólo un año experimentó la misma sensación. A él y a los más de 30.000 aspirantes a universitarios que ayer estrenaron la tanda de exámenes con la prueba de castellano se les dio dos opciones: analizar un fragmento de «Nada» de Carmen Laforet —que ya apareció en 2008— o comentar un texto sobre las diferencias entre el castellano común y el científico. También debían interpretar un apartado de la novela de Eduardo Mendoza «Sin noticias de Gurb». La mayoría de los concurrentes se decantó por Laforet, aunque la opción del análisis lingüístico tampoco les pareció complicada. «Ha sido muy fácil en general. Esperábamos a Laforet», dijo Bernat C. La misma opinión compartía Joana L. «Es increíble que intenten colarnos un “expléndido” en una frase para que detectemos la falta. Lo ve hasta un niño», indicó.
«Es casi una tradición» Todos los alumnos consultados, y algunos profesores, coincidieron en que el examen de catalán fue de nuevo más complicado. «Empieza a ser una tradición, aunque es así», apunta Sandra G. La estudiante recuerda que el relax que le produjo la facilidad de los textos de castellano desapareció cuando se enfrentó a los enunciados de la prueba de catalán. Las opciones que se dieron a los alumnos fueron algo más «farragosas». Podían elegir entre un fragmento de «La Bogería» de Narcís Oller —la misma obra sobre la que se les preguntó el año pasado— o una disertación del articulista Joan-Lluís Lluís sobre Àngel Guimerà y el Premio Nobel de Literatura. Los rostros de los examinados al salir de la prueba despejaban cualquier duda sobre su dificultad. «Ha sido muy rebuscado», apuntó Carlos C. Algunos docentes como Miguel Olmos creen, no obstante, que las pruebas eran «adecuadas».
Los exámenes de ayer abonan la teoría de que hay una diferencia sostenida de nivel entre las pruebas de castellano y catalán que, lejos de resultar casual, se repite invariablemente año tras año por el empeño, no confesado, de la Generalitat de bajar el listón en la prueba de castellano con el fin de demostrar que los estudiantes catalanes están al mismo o incluso a un nivel superior que los del resto de España en castellano y que, por lo tanto, no existe «conflicto lingüístico». Las pruebas seguirán hoy con los exámenes de Historia y Lengua Extranjera, entre otras materias. La Asociación de Jóvenes Estudiantes de Cataluña, por su parte, calificó la nueva normativa de la Selectividad del Ministerio de «injusta y caótica».
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