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Viento de León

A mitad de camino entre el pensamiento de Proudhon -«la propiedad es un robo»- y la estética expresiva de Ramoncín -«El rey del pollo frito»-, José Luis Rodríguez Zapatero ha dicho en Copenhague que «La Tierra no pertenece a nadie, sólo al viento». Los apologistas ... del líder socialista, quienes han convertido en oficio el ditirambo sobre el personaje, se han apresurado a subrayar el fondo poético que le anima, su delicada sensibilidad; pero sus hermeneutas, quienes tratan de vislumbrar la verdadera intención que anima la confusa conducta del presidente, sospechan que el brote poético no es otra cosa que un velado ataque a Mariano Rajoy. El líder del PP es, por vocación y por oposición, registrador de la Propiedad. En tal menester, más que en su larga y variada dedicación política, es donde el compostelano tiene acreditada su mayor valía y su mejor capacidad y, ¿cómo se inscribe el viento, que no tiene DNI ni NIF, en un Registro de la Propiedad? Zapatero no da nunca puntada sin hilo y lo que podría parecer un lirismo cursi y trasnochado es, en profundidad, una afilada daga que pretende quitarle a su principal oponente su mayor mérito en el pasado y su mejor oportunidad de futuro.

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