Cuatro muertos por el desplome de un hotel que hacía obras sin licencia
Cuatro obreros -dos españoles y dos marroquíes- murieron ayer sepultados, al derrumbarse tres plantas del edificio en el que trabajaban, en concreto uno de los dos inmuebles que conforman el hotel Son Moll, en la zona turística de Cala Ratjada, en el municipio mallorquín de Capdepera. El suceso provocó también varios heridos, cuatro de ellos con traumatismos, que fueron trasladados al hospital de Manacor.
El hotel estaba siendo rehabilitado de forma integral desde hacía varios meses para reconvertirlo en un establecimiento de cuatro estrellas y, según dio a conocer ayer el alcalde de Capdepera, Bartomeu Alzina, los trabajos se estaban llevando a cabo sin la preceptiva licencia de obras, que había sido denegada en varias ocasiones por el Ayuntamiento porque el proyecto de reforma no cumplía algunos de los requisitos exigidos para una actuación de estas características. Alzina añadió que hace un mes y medio el consistorio había pedido ya a la empresa propietaria del establecimiento, Hoteles Serrano S.L., que paralizase las obras. De hecho, fueron remitidos un total de tres requerimientos en dicho sentido, que nunca fueron atendidos.
Tres forjados
Las fuertes lluvias caídas en los tres últimos días en Mallorca, acompañadas en algunos casos de fuertes temporales de viento, podrían haber originado el desplome de tres forjados -estructuras metálicas- del mencionado inmueble, si bien serán los técnicos de Inspección de la Consejería de Trabajo y de la Dirección de Salud Laboral quienes determinen las causas últimas.
El hotel Son Moll, que tiene unos 60 años de antigüedad, está conformado por dos edificios, y en la actualidad están trabajando unas ochenta personas en la citada rehabilitación, por lo que la tragedia podría haber sido aún mucho mayor. Sin embargo, en el momento en el que se produjo el suceso, sobre las 08.45 horas, unos treinta operarios estaban fuera del complejo turístico, desayunando, y la mayor parte de obreros que sí estaban trabajando en esos instantes allí lo hacían en el inmueble principal, que no sufrió ningún tipo de daño.
Fueron precisamente los propios obreros quienes iniciaron los trabajos de desescombro hasta la llegada de los servicios de emergencia, compuestos por una veintena de efectivos de los Bomberos de Mallorca, la Guardia Civil, la Policía Local de Capdepera, la Dirección General de Emergencias, ambulancias y un equipo de psicólogos para atender a las familias de las víctimas. Asimismo, se desplazaron hasta el lugar del suceso técnicos especialistas en maquinaria pesada, que fueron retirando de forma cuidadosa todos los escombros con la ayuda de los agentes caninos de localización de cadáveres de la Guardia Civil.
Para saber en qué estado podrían encontrarse en un primer momento los cuatro obreros sepultados, sus compañeros les hacían llamadas a sus respectivos teléfonos móviles, pero la falta de respuesta en todos los casos hizo temer un trágico desenlace desde los instantes posteriores al derrumbe. Los dos primeros cuerpos sin vida fueron localizados entre las 09.30 y las 10.30 horas, el tercero sobre las 14.00 horas y el cuarto sobre las 16.00 horas.
Hasta el lugar del suceso se trasladaron, entre otras autoridades, el presidente del Gobierno balear, Francesc Antich, la presidenta del Consejo de Mallorca, Francina Armengol, y el delegado del Gobierno en Baleares, Ramón Socías.
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