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El «hombre anuncio» se va al paro...por dignidad

El «hombre anuncio» se va al paro...por dignidad

Prohibidos los hombres-anuncio, repartir folletos en la calle y utilizar vehículos como soportes publicitarios. Lo dice la nueva ordenanza de publicidad exterior, que ayer aprobó la junta de Gobierno municipal. En ella, también se obliga a las farmacias a reducir los luminosos a una cruz verde por fachada —y sin intermitencias—, se reduce la intensidad luminosa de los rótulos y se cierra el paso a la publicidad en el casco histórico, excepto para algunos elementos que quedan «amnistiados» por su valor emblemático, como el anuncio de Schweppes en la Gran Vía o el de Tío Pepe de la Puerta del Sol.

La ordenanza fue presentada ayer por el alcalde Alberto Ruiz-Gallardón y la teniente de alcalde y concejal de Medio Ambiente Ana Botella. En ella, se establece una zona de especial protección —el recinto histórico de Madrid, las colonias históricas y los cascos históricos de los distritos—, donde estará prohibido instalar publicidad ni en la coronación de edificios ni en las medianerías.

Por primera vez en España, se regula y reduce la intensidad de luz de los anuncios. También se establecen horarios de funcionamiento de los soportes publicitarios que tienen iluminación. En general, la norma persigue reducir los espacios dedicados a publicidad. Por ejemplo, los rótulos de las calles —los que anuncian establecimientos—, se limitan a uno por fachada, y no podrán sobrepasar unas dimensiones ni tener luces parpadeantes. Algo que afectará, por ejemplo, a las farmacias, que sólo podrán contar con una cruz verde por fachada; «nada de serpientes que se encienden y apagan progresivamente», explican en el Ayuntamiento.

Prohibidas las pegatinas

También se prohíbe fijar carteles, pegatinas o etiquetas en edificios, pavimentos, mobiliario urbano o alumbrado. Ni permite poner en la vía pública, ni sobre farolas o señales de tráfico, indicativos de dirección de establecimientos.

Una de las mayores novedades es la prohibición de los hombres-anuncio, algo introducido por decisión personal del alcalde Ruiz-Gallardón, según explicó él mismo: «Considero que es algo degradante usar a las personas como soportes publicitarios. Ataca la dignidad de la persona».

También queda prohibido repartir folletos en la vía pública —esto ya estaba vedado aunque seguía haciéndose con total impunidad— y utilizar vehículos como soporte publicitario. Las únicas excepciones, en este caso son los autobuses de la EMT y los periodos electorales. La ordenanza ahora se publicará en los boletines oficiales del Ayuntamiento y de la Comunidad de Madrid, y a partir de esa fecha, se abre un periodo de 30 días de información pública sobre el proyecto. Una vez vistas las alegaciones, se aprobará definitivamente en el pleno de diciembre, para comenzar a aplicarse en 2009.

La concejal Ana Botella explicó que se van a elaborar dos inventarios. Uno de ellos será de los soportes publicitarios existentes, para conocer cuáles cuentan con licencia y cuáles no. Los establecimientos comerciales que tienen ya carteles publicitarios con su correspondiente licencia podrán continuar funcionando hasta el momento en que se produzca un cambio de titularidad en el negocio. Los que no cuenten con ella tienen 12 meses para ajustarse a la norma.

El segundo inventario será el de los elementos publicitarios que, por su ubicación —en el casco histórico— deberían desaparecer, pero que serán «amnistiados» por su calidad artística o histórica. Una lista breve: los responsables municipales creen que no serán más de dos decenas, «si llegan».

Un rótulo por edificio

En los edificios sólo se autorizará un único rótulo de publicidad en la coronación del edificio, y su superficie total no podrá superar los 70 metros cuadrados. En las medianerías, también se reduce la superficie a ocupar: será de un máximo de 30 metros cuadrados.

La ordenanza recoge el tratamiento para las lonas de obras: podrán permanecer puestas un máximo de seis meses, prorrogable por otros seis. Si en este tiempo la obra se paraliza, también quedará parada la licencia para la lona, que habrá de retirarse. Finalizada la obra, no podrá instalarse otra hasta pasados 5 años.

Una novedad que también aparece regulada es la existencia de «focos y escenas encendidas», unos soportes publicitarios que «aún no existen en Madrid» pero que podrían instalarse en el futuro, con más superficie iluminada y horarios de funcionamiento más permisivos, y que recuerdan a los luminosos de Picadilly Circus.

La ordenanza de publicidad exterior era «una asignatura pendiente de Madrid», reconoció el alcalde. Sigue siéndolo, según la oposición: para el socialista Pedro Santín, la norma «impone la “barra libre” para la extensión publicitaria incontrolada y no fija límites al número de soportes». IU, por su parte,«wc1»«wc» recuerda que esta ordenanza «debería estar en vigor desde septiembre de 2006».

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