La arquitectura de Las Palmas que conoció Colón y sirvió de ejemplo en América

La configuración actual de este edificio proviene de la integración de varias viviendas, una de las cuales es la antigua Casa del Gobernador, que probablemente visitó Cristóbal Colón durante el primer viaje hacia América en 1492 a fin de solicitar ayuda para la reparación de la carabela La Pinta. Así pues, lo primero que llama la atención del visitante es su arquitectura. Comenzando por el exterior se localizan cuatro fachadas de distintos estilos, dos neocanario y otra que está realizada siguiendo las directrices góticas, procedente de una antigua mansión de Vegueta del siglo XVI. La que más miradas atrae es la portada Verde, hecha con piedra procedente de la cantera grancanaria de Tirma y que cuenta con los balcones del siglo XVIII traídos de otros inmuebles. En esta portada destacan, además de los elementos inspirados en seres mitológicos, los escudos de Juan Rejón y del Obispo Frías, elegidos para rememorar la fundación de la ciudad.

Una vez en el interior destacan sus cuatro patios en torno a los que se articulan las diversas dependencias y que presentan, al igual que las fachadas, diferentes estilos. En este espacio la mezcla de la arquitectura árabe, colonial, gótica, tradicional canaria y la más actual tienen cabida en un mismo lugar. Aquí llaman la atención el patio del Pozo, que presenta sendas galerías en dos alturas y en cuya primera planta sobresale una arquería renacentista procedente del desaparecido convento de Santo Domingo, y el patio de los Hidalgo, uno de los espacios menos alterados del inmueble realizado íntegramente en el siglo XVIII con tea de pino canario.

De las 13 salas en las que está dividida la casa cabe destacar las siguientes: Las salas de Colón y sus viajes. A través de maquetas y diferentes objetos el visitante puede realizar un repaso cronológico por las cuatro travesías que Cristóbal Colón realizó en su viaje y sumergirse en la aventura que supuso para él navegar por el Atlántico. Las relaciones entre Canarias y América. En esta sala se puede aprender con todo tipo de detalles los productos que se llevaron hasta el nuevo continente. A raíz del descubrimiento, las Canarias ejercerán de puente económico, social y cultural entre los dos mundos, y es que desde el puerto de Las Palmas partieron las primeras semillas de caña de azúcar y platanera hacia Las Indias. Además, la papa americana pasó por las Islas Canarias donde se aclimató rápidamente antes de ser exportada a Europa. América Precolombina. En este espacio culturas como la Olmeca, la Maya o la Zapoteca están representadas a través de diferentes piezas, lo que permite admirar la riqueza artística que ha supuesto América. Por último, cabe destacar la Colección de pinturas, que, abarcando desde el siglo XVI al siglo XX, está formada por las adquisiciones del Cabildo de Gran Canaria y los depósitos del Museo del Prado, principalmente. Así, se pueden encontrar lienzos firmados por Veronés, Ribera, Tiziano o Annibale Carracci, así como de los principales artistas canarios del siglo XX.

El edificio también cuenta con una biblioteca que, inaugurada en 1998, tiene el objetivo de convertirse en foco dinamizador de la investigación sobre las relaciones entre Canarias y América. Su punto de partida lo constituye el fondo Ballesteros compuesto por más de 20.000 monografías y títulos de publicaciones periódicas y en el que destaca una relevante sección colombina de más de 500 títulos. 

Más allá de su visión historicista, el centro también es un punto de encuentro para el conocimiento y el debate de la realidad de hoy y de mañana. A través de actividades como exposiciones temporales, charlas, cursos, cine, conciertos y un interesante programa didáctico destinado a los más pequeños, la Casa de Colón hace un análisis del estado actual de esas relaciones, de la realidad política, económica, social y cultural de continente americano y reflexiones acerca del futuro de una relación estrecha incrementada por la emigración isleña hacia poniente del siglo XX y la inmigración iberoamericana en sentido contrario del siglo XXI.

El horario de visitas es de lunes a sábado de 10.00 a 18.00 horas y domingos y festivos de 10.00 a 15.00 horas. El precio de la entrada general es de 4 euros. Aquellos que no puedan desplazarse hasta aquí pueden optar por hacer una visita virtual a través de su web.