La primera playa libre de humos en España está en Andalucía y es una de las más largas

El Ayuntamiento de Almería ha dado un paso decidido en su compromiso con la sostenibilidad y la protección del medio ambiente declarando la Playa de 'El Palmeral' como espacio libre de humos, la primera de las playas de la capital almeriense que alcanza esta consideración. Este espacio es especialmente popular entre familias y visitantes locales por su cercanía al centro, su facilidad de acceso y su alto nivel de servicios.

La playa dispone de duchas, aseos, zonas de juego infantil, acceso para personas con movilidad reducida, alquiler de hamacas y servicio de socorristas durante la temporada de verano. Su longitud la convierte en un lugar ideal para caminar, hacer ejercicio o simplemente disfrutar del paseo marítimo que la acompaña.

Esta playa se encuentra junto al paseo marítimo de la ciudad, con carril bici, áreas comerciales y de restauración. El nivel de ocupación durante todo el año, y en especial en los meses primavera y verano es bastante alto.

«Convirtiendo este espacio en una playa sin humo acercamos a la ciudadanía el compromiso para cuidar de este entorno y liberarlo del humo, perjudicial para la salud, y de residuos, como las colillas, que luego se encuentran en la playa, en el agua, con el peligro que este y otros tipos de materiales comportan también para la fauna marina. El fumar, en consecuencia, perjudica a todos y a todo», explicó la concejal responsable del área de Medio Ambiente.

En los últimos diez años, el número de playas españolas que se han declarado libres de humo ha crecido de forma significativa. Cada vez son más los municipios que apuestan por restringir el consumo de tabaco en sus zonas de baño, con el objetivo de proteger la salud pública y el medio ambiente. Son los ayuntamientos los que tienen la competencia para establecer este tipo de medidas.

En Almería, nueve playas han adoptado esta medida. Desde Vera Playa hasta San José, pasando por Adra o Cuevas de Almanzora, la provincia apuesta por proteger sus costas del impacto ambiental del tabaco, especialmente en calas pequeñas y de alto valor paisajístico. Además de la prohibición, se contempla la posibilidad de imponer sanciones a quienes no respeten la normativa.