Sánchez quiere acabar con el anonimato en redes sociales y acusa a los 'tecnomillonarios' de intentar «acabar con la democracia»

De acuerdo con el dirigente, el respeto al anonimato de los usuarios en internet, el que cualquiera pueda escribir cualquier cosa en sitios como X o Facebook amparado tras un nombre falso, «facilita el que la gente actúe de manera impune y no se les pueda hacer responsables de sus acciones»: «Los ciudadanos tienen derecho a la privacidad, pero no al anonimato o a la impunidad, porque si fuese así no sería posible mantener la coexistencia social».

Sánchez plantea como alternativa obligar a usuarios y redes sociales a vincular sus cuentas con una identidad digital europea. De este modo, «los ciudadanos podrían usar un nombre falso o un apodo si lo desean, pero si cometen un delito las autoridades podrían vincular su cuenta con un nombre real». Y de este modo, sería fácil llegar a ellos para que «rindan cuentas». Desde su punto de vista, el uso de esta identidad europea evitaría que los menores pudiesen acceder a sitios web inadecuados para su edad; un problema al que el gobierno español lleva tiempo intentando encontrar solución.

El presidente del Gobierno también ha abogado por obligar a las redes sociales a «abrir las cajas negras de sus algoritmos», con los que las empresas deciden qué ve el usuario en pantalla, para conocer mejor su funcionamiento. Asimismo, cargó con dureza contra el «pequeño grupo de 'tecnomillonarios'» que son dueños de estos espacios, a los que acusó de pervertir el espíritu original de las aplicaciones a sabiendas y en su propio beneficio. «Los multimillonarios tecnológicos quieren acabar con la democracia. La tecnología que nos iba a liberar se ha convertido en el instrumento de nuestra propia opresión», dijo Sánchez.

El dirigente dedicó un buen rato a lamentar cómo las redes sociales «están afectando al sistema democrático en todo el mundo». Llamó la atención sobre cómo usuarios con fines maliciosos o naciones estado, haciendo referencia directa a Rusia, las explotan para polarizar a la sociedad y para desinformar. Los culpables de esta situación, de nuevo, serían los propietarios de estos espacios, a los que el presidente acusó de no querer cambiar la situación debido a que el contenido problemático «es bueno para el negocio».

Asimismo, Sánchez se ha mostrado comprensivo con todos aquellos usuarios que durante los últimos tiempos han decidido cerrar sus cuentas en redes sociales: «Yo mismo me lo he planteado en muchas ocasiones, porque mi vida sería mucho mejor y más sencilla. Pero también creo que las redes sociales han trascendido el significado por el que fueron creadas, sobre todo para los jóvenes». Desde su punto de vista, las aplicaciones «son un recurso para la humanidad como los océanos, y deben ser protegidas», por eso aboga por acabar con la impunidad en su interior.