Los errores de estilo que te hacen parecer poco elegante

La ropa arrugada

Todavía en unos vaqueros se puede disimular y hasta puede colar, depende a quién se le diga, que “el pantalón es así”. Pero en camisetas básicas, sudaderas, jerséis, pantalones que no sean denim y, por supuesto, en las camisas, es absolutamente imprescindible que no se aprecien arrugas.

Y no hablamos de las que se forman con el paso de las horas al llevar la prenda puesta, sino de esas arrugas que se ve a la legua que tienen un origen: el no haber utilizado la plancha para quitarlas.

Zapatos sucios

Ya pueden ser unas zapatillas de deporte, unas botas chelsea o los mejores mocasines, ¡mantén limpio el calzado, por favor! Es de las mayores decepciones en un hombre que aspira a vestir bien. Sobre todo cuando el resto de sus looks engaña en un primer vistazo. Entonces la decepción es doble al hacer el repaso a fondo y llegar a los pies.

Zapatillas en el contexto equivocado

No es tan grave como los dos primeros aspectos, pero tiene su miga. Todos cometemos errores, es cierto, pero ser pretencioso es uno de los grandes errores que se cometen con el vestuario. La línea entre ir a la última, ser vanguardista, “tener rollo”, o como lo quieras llamar, y el meter la pata hasta al fondo por pasarse de frenada en la combinación de prendas o contextos en los que se utilizan, es muy fina. Las zapatillas en una boda son un muy buen ejemplo.

La ropa, de la talla adecuada

Este apunte cobra más trascendencia en tiempos donde se llevan los extremos, como ocurre ahora con la ropa holgada o hace no tanto con las prendas ajustadas. El error de bulto al respecto es sencillo de explicar y de solucionar: la ropa se debe llevar de la talla adecuada.

Se nota, y mucho, cuando alguien quiere colar por sudadera extralarga una prenda que es dos tallas más grande que la suya. Sí, se nota. Mucho, además.

No disfrazarse

Hay cazadores de tendencias que tienen tal obsesión que parecen que viven en carnaval todo el año, dicho esto con el máximo respeto por esta divertida fiesta. No puede ser que uno se ponga del espejo y el look no se funda con la personalidad. Y eso se nota. Se puede engañar una vez, dos es difícil, y tres, imposible. Es otra forma de caer en la pretenciosidad la de querer ponértelo todo. No hace falta. Es más, hay multitud de ocasiones en las que menos es más.

Utilizar un traje prestado

Es un error de bulto, no el usarlo sino que quede patente que no es propio porque no sienta bien. Hasta cuando se alquila un chaqué en una boda se nota que lo es si no está arreglado para la ocasión. No cuesta tanto tener un traje por temporada en el armario que sea de calidad y de corte actual para echar mano de él cuando sea necesario. Es preferible esto y variar los complementos que no pedir prestado por no repetir o por no invertir en un traje. Si aspiras a ser un hombre “bien vestido”, no hay excepciones ni descansos.

No llevar calcetines

Mira que podríamos haber incluido detalles en esta lista más trascendentes que este, pero es tan masivo que no podemos pasarlo por alto. No rotundo a ir sin calcetines y a los pinkies . Si quieres enseñar los tobillos, busca la fórmula para hacerlo bien. Aunque fuera no pase el termómetro de 3 grados bajo cero, por muy dudosa que parezca la decisión. Pero hazlo bien. Que no asome una telilla de calcetín que parece que está recortado en casa como cuando se cortaba las mangas de la camiseta para salir a jugar al campo de fútbol.

Rescatar prendas del pasado porque "han vuelto"

Uuna cosa es reciclar prendas antiguas y otra que lo parezcan. Y, ojo, conste que hay excepciones. Pero son muchas menos de las que creemos. La moda bebe de épocas pasadas pero cambian los materiales, las hechuras, la forma de coser y trabajar la materia prima, etcétera. Y eso por no hablar del rastro que el paso del tiempo deja en la ropa, incluso cuando se guarda bajo llave. Así que ya sabes, sí a vestir como papá, pero con su ropa, por favor.