Vietnam sigue los pasos de China y levanta su política de 'solo dos hijos'
Levantar la prohibición no será suficiente para frenar la pérdida de población y sus efectos económicos
China acaba con la política del hijo único y permitirá a todas las parejas un segundo vástago

El régimen comunista de Vietnam ha anunciado la abolición de su política de control de natalidad -cristalizada en la norma del 'solo dos hijos'- en un intento de frenar la pérdida de población y sus efectos económicos perversos. Desde el fin de la guerra ... y la reunificación del país bajo la disciplina comunista, Vietnam ha seguido los pasos de China y ha limitado los nacimientos por miedo a la superpoblación.
Ahora, años después de que Pekín fuera también consciente del problema, intenta revertir su política. La caída del número de hijos por pareja proyecta una pirámide invertida de la población, y a medio plazo un sector trabajador incapaz de mantener a los jubilados.
Según informa la agencia de noticias oficial de Vietnam, la tendencia a la falta de hijos es muy acusada en las grandes ciudades, en particular Hanoi y Ciudad de Ho Chi Minh. En 2021, las vietnamitas tenían 2,11 hijos de promedio. El año pasado, la tasa bajó a 1,91 hijos, lejos de los 2,3 que constituye el promedio para el relevo generacional.
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Pese a la primera medida de urgencia adoptada por las autoridades comunistas, los analistas consultados por las agencias extranjeras consideran que será «inoperante» para su objetivo de fomentar la natalidad. Tran Minh Huong, una funcionaria de 22 años declaró a France Presse que «pese a ser asiática, no tengo intención de tener hijos aunque ya lo permita el gobierno; es muy caro criarlos».
China puso en marcha en los años 80 del siglo pasado una política de 'solo un hijo', que abolió hace cuatro años ante la realidad del 'invierno demográfico' que proyectan los expertos. Desde entonces, la propaganda oficial lleva a cabo campañas publicitarias en favor de los nacimientos, que tienen poco efecto en la población. Recientemente llegó incluso a exigir a las universidades que den 'cursos de orientación familiar' para animar a los estudiantes a casarse, al percibir la resistencia cada vez mayor de los jóvenes a plantearse crear una familia.
Junto a la caída de la natalidad en Vietnam y China, y los efectos que tendrá para el Estado cuando abunden los ancianos y falte mano de obra que cotice, las políticas de control de natalidad han tenido otro efecto perverso: los infanticidios.
Impelida a tener solo uno o dos hijos, la sociedad china y vietnamita - sobre todo en el ámbito rural- ha optado por el hijo varón, que en su cultura es el responsable de mantener a sus padres cuando envejezcan.
Miles de abortos de niñas
Esta mentalidad ha provocado millones de abortos de niñas antes de nacer o en el momento del parto, para dar opción a otro hijo con la esperanza de que sea niño.
Vietnam prohíbe a los hospitales anunciar el sexo del embrión, o realizar un aborto solo por razones de sexo, pero las multas no han impedido hasta la fecha los asesinatos de niñas. Además crean, tanto en China como en Vietnam, un problema social añadido: hay muchos más niños que niñas, lo que dificulta a medio plazo los matrimonios dentro del país.
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