Día de los zurdos: situaciones que sólo han vivido ellos

Más de un 12% de la población española es zurda, una característica que conlleva ciertas diferencias psicológicas y neurológicas con las personas diestras. Se ha comprobado que los zurdos comprueban más rápido la información entre ambos lados del cerebro, que tienen ventajas en algunos deportes, son más creativos e incluso organizan sus emociones de una forma diferente .

En pleno siglo XXI, ser una persona zurda no está estigmatizado pero sigue acarreando ciertos problemas a la hora de realizar una vida normal. Muchos gestos y acciones cotidianas se complican cuando tu mano izquierda es la que tiene el control.

A continuación citamos algunas situaciones en las que todos los zurdos se sentirán identificados, un pequeño guiño en homenaje a aquellos que tuvieron que aprender a usar la derecha para adaptarse a la «normalidad» que la sociedad estipula:

Los famosos pupitres de silla y mesita incorporada eran muy populares en escuelas y academias. Por regla general, la proporción de estas sillas para zurdos era escasa o inexistente, de hecho, si había más de un alumno zurdo la lucha por ésta podría ser bastante encarnizada.

Conducir siendo zurdo, si no es en Reino Unido, hará que todos desarrollen una gran flexibilidad en la cintura para cambiar de marcha con la izquierda (lo cual es terriblemente incómodo). La única alternativa es practicar con la mano derecha o directamente optar por un coche automático.

Afortunadamente, cada vez es menos necesario usar el abrelatas puesto que está diseñado exclusivamente para diestros y su ergonomía no es nada cómoda ni útil para personas zurdas. Una auténtica tortura que, a base de vicio, se consigue más o menos dominar.

Si el abrelatas es el enemigo número uno, el número dos son los cuadernos de anillas. Una persona zurda literalmente se clava toda esta estructura mientras intenta dibujar o escribir con la mano izquierda. Sin mencionar que mientras lo hacen también se están ensuciando el lateral de la mano con tinta o lápiz.

Comprar objetos diseñados para zurdos es sustancialmente más caro. Objetos como tijeras, ratones de ordenador o sacacorchos dirigidos especialmente para la mano izquierda cuentan con un precio más elevado que si fueran para diestros. Existen tiendas especializadas para ofrecer estos productos pero ni hay muchas ni cuentan con precios populares.