El Papa critica las deportaciones de Trump: «Lo que se construye a base de fuerza, mal comienza y mal terminará»
En una elaborada carta dirigida a los obispos de este país, el Pontífice dice que «la deportación lastima la dignidad de muchos hombres y mujeres, de familias enteras»
La Ley de Extranjeros Enemigos de 1798 con la que Trump quiere echar a «veinte millones de inmigrantes»

El Papa Francisco ha reaccionado públicamente a la decisión de Donald Trump de deportar de EE.UU. a unos once millones de personas sin papeles. En una elaborada carta dirigida a los obispos de este país, Francisco subraya que los «delicados momentos» que están viviendo en ese país ... , y reconoce «el derecho de una nación a defenderse» de delincuentes, la explicación de la Casa Blanca a la expulsión de migrantes.
Pero reclama proteger la «dignidad infinita y trascendente de toda persona humana», incluidos emigrantes y refugiados, y no identificarlos automáticamente con «criminales». Avisa de que «lo que se construye a base de fuerza, y no a partir de la verdad sobre la igual dignidad de todo ser humano, mal comienza y mal terminará».
«He seguido con atención la importante crisis que está teniendo lugar en los Estados Unidos con motivo del inicio de un programa de deportaciones masivas», comienza el Papa. «La conciencia rectamente formada no puede dejar de realizar un juicio crítico y expresar su desacuerdo con cualquier medida que identifique, de manera tácita o explícita, la condición ilegal de algunos migrantes con la criminalidad», subraya.
«Se debe reconocer el derecho de una nación a defenderse«
El principio de fondo es que «el valor más decisivo que posee la persona humana rebasa y sostiene toda otra consideración de carácter jurídico que pueda hacerse para regular la vida en sociedad. Por lo tanto, todos los fieles cristianos y los hombres de buena voluntad, estamos llamados a mirar la legitimidad de las normas y de las políticas públicas a la luz de la dignidad de la persona y sus derechos fundamentales, no viceversa».
Añade que «se debe reconocer el derecho de una nación a defenderse y mantener a sus comunidades a salvo de aquellos que han cometido crímenes violentos o graves mientras están en el país o antes de llegar», pero que «deportar personas que en muchos casos han dejado su propia tierra por motivos de pobreza extrema, de inseguridad, de explotación, de persecución o por el grave deterioro del medio ambiente, lastima la dignidad de muchos hombres y mujeres, de familias enteras, y los coloca en un estado de especial vulnerabilidad e indefensión». Según el Papa, «no es una cuestión menor», ya que «un auténtico estado de derecho se verifica precisamente en el trato digno que merecen todas las personas, en especial, los más pobres y marginados».
Un duro aviso
«Esto no obsta para promover la maduración de una política que regule la migración ordenada y legal. Sin embargo, esa «maduración» no puede construirse a través del privilegio de unos y el sacrificio de otros. Lo que se construye a base de fuerza, y no a partir de la verdad sobre la igual dignidad de todo ser humano, mal comienza y mal terminará», añade con tono de duro aviso.
Recuerda también que «preocuparse por la identidad personal, comunitaria o nacional, al margen de estas consideraciones, fácilmente introduce un criterio ideológico que distorsiona la vida social e impone la voluntad del más fuerte como criterio de verdad». Y pide «a todos los fieles de la Iglesia católica, y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, que no cedan ante las narrativas que discriminan y hacen sufrir innecesariamente a nuestros hermanos migrantes y refugiados».
Francisco también les garantiza que «Dios premiará abundantemente todo lo que hagan a favor de la protección y defensa de quienes son considerados menos valiosos, menos importantes o menos humanos». La carta, que lleva fecha de este lunes 10 de febrero, está dirigida a todos los obispos de EE.UU., pero sin duda será leída también en la Casa Blanca.
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