El Papa encomienda al cardenal José Cobo que rediseñe el plan de estudios y de formación de los futuros sacerdotes

Se trata de uno de los diez grupos de estudio que el Papa formó el pasado mes de marzo, con el encargo de abordar las cuestiones más delicadas que emergieron durante la primera asamblea general del «Sínodo de la sinodalidad» celebrada en octubre, como el diaconado femenino, los criterios de selección de obispos, o las relaciones entre obispos y movimientos de laicos. La estrategia de Francisco es separar esos temas polémicos de los debates de la próxima asamblea de octubre, para evitar distracciones sobre el tema principal de la asamblea, que es la «sinodalidad» o sea, el modo de tomar decisiones en la Iglesia católica.

El Papa ha solicitado que el programa de formación de los futuros curas «no esté separado de la vida común de los fieles». El grupo de trabajo coordinado por Cobo se está ya ocupando de estudiar cómo mejorar la preparación de futuros sacerdotes. Se da la circunstancia de que el arzobispo de Madrid no participó en la asamblea general del sínodo del pasado octubre.

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El «Documento de síntesis» que se votó en octubre pasado al final de esa asamblea proponía «profundizar en la educación afectiva y sexual» de los seminaristas y de los sacerdotes «para apoyar su maduración afectiva» y ayudarles a vivir el celibato. Para conseguirlo, sugería entre otras cosas que haya más profesoras en los seminarios y sesiones con familias.

El documento de trabajo de la asamblea plenaria del sínodo del próximo mes de octubre, que se ha presentado este martes en el Vaticano, sí recoge que la idea del grupo de estudio es «la revisión de la formación de los candidatos al ministerio ordenado en una perspectiva sinodal y misionera». Añade que hay consenso en que debe mejorar «la formación para la predicación». También hay consenso sobre «la necesidad de formarles tanto en la teoría como en la práctica en discernimiento comunitario dentro de los diferentes contextos locales» en los que vayan a trabajar.

Se trata de una comisión consultiva. Técnicamente, es un «Grupo de estudio sobre los temas surgidos de la Primera Sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que se profundizarán en colaboración con los Dicasterios de la Curia Romana». La idea es hacer posible que aborden serenamente las cuestiones, informen de su trabajo al Sínodo en octubre, y preparen un informe para el Papa «si es posible» para el mes de junio de 2025.

Junto al cardenal José Cobo trabajan los cardenales Jean-Claude Hollerich, arzobispo de Luxemburgo, y Lazzaro Heung-Sik, prefecto del Dicasterio para el Clero. También los sacerdotes Eamonn Mclaughlin, irlandés, subsecretario de este departamento; el italiano Mario Antonelli, rector del Seminario Lombardo; el alemán Hubertus Blaumeiser, del Centro de Estudios del Movimiento de los Focolares; Andrew Recepción, del Seminario Filipino de Roma; y Guy Bognon, de Benín; y la teóloga laica argentina María Lia Zervino.

Lo cierto es que la preparación de los futuros sacerdotes es una de las cuestiones más delicadas para la Iglesia católica. En los años de seminario se ponen las bases para consolidar la propia vocación y orientar correctamente el trabajo y el tono que dará el sacerdote a su misión una vez ordenados.