El Papa bendice miles de figuras de belenes y recuerda a los «niños obligados a una Navidad de guerra en Ucrania»

«Bendigo las estatuillas del Niño Jesús que vosotros, queridos niños y jóvenes, habéis traído aquí y que pondréis en vuestro belén cuando regreséis a casa», les ha dicho. «Cuando estéis ante el pesebre, os invito a rezar para que la Navidad del Señor traiga un rayo de paz a los niños del mundo entero, especialmente a los que se ven obligados a vivir días terribles y oscuros de guerra, esta guerra en Ucrania que destruye tantas vidas, muchas vidas de muchos niños», les ha pedido.

El Papa les ha aconsejado que aprovechen la preparación del belén para «romper los esquemas y prejuicios sobre Dios y nuestros hermanos». Su propuesta en vísperas de la Navidad, es que «en vez de pensar en los regalos que queremos, llevemos palabras y gestos de consuelo a quienes están heridos».

Tras el ángelus, el Papa ha denunciado los «violentos enfrentamientos de los últimos días» en Sudán del Sur, que ponen en peligro el frágil acuerdo de paz que habían alcanzado tras años de guerra. «Roguemos al Señor por la paz y la reconciliación nacional, para que cesen los atentados y se respete siempre a los civiles», ha solicitado. El Papa tiene previsto visitar este país del 3 al 5 de febrero próximos.

Francisco también ha recordado este domingo que ayer fue beatificada en Brasil Isabel Cristina Mrad Campos, una universitaria asesinada a puñaladas en 1982 por un hombre que intentaba violarla. «Esta joven fue asesinada en a los 20 años, en odio a la fe, por defender su dignidad de mujer y el valor de la castidad. Que su ejemplo heroico inspire sobre todo a los jóvenes a dar un testimonio generoso de su fe y de su adhesión al Evangelio», ha solicitado el Papa.

En su breve homilía, el Papa ha reflexionado sobre las dudas de fe de Juan el Bautista. «Esto significa que incluso el mayor creyente pasa por el túnel de la duda. Y no es malo, al contrario. A veces la duda es esencial para el crecimiento espiritual: nos ayuda a comprender que Dios es siempre más grande de lo que imaginamos; que sus obras son sorprendentes en comparación con nuestros cálculos, sus acciones superan nuestras necesidades y expectativas. Por eso, nunca debemos dejar de buscarlo».

Antes de marcharse, el Papa ha enviado un saludo desde la ventana del Palacio Apostólico y ha mencionado explícitamente a grupos de peregrinos de Barcelona, Valencia y Alicante.