Mohamed VI reaparece cuatro días después del terremoto para visitar a las víctimas en un hospital de Marrakech

Cuatro días después del peor terremoto que Marruecos ha vivido en su historia, el monarca viajó desde Rabat, donde llegó el domingo desde París, para visitar a los heridos por el seísmo en el hospital universitario que lleva su nombre.

El Boeing 747-8 real matrícula CN-MBH despegó a media tarde desde el aeropuerto de Rabat-Salé hacia el de Marrakech-Menara. Desde ahí, escoltado por una larga comitiva de más de 40 coches y motos de la guardia real se dirigió al centro sanitario.

Según la agencia oficial, MAP, el monarca donó sangre para los heridos, visitó durante 20 minutos la unidad de cuidados intensivos y de hospitalización de las víctimas del terremoto, y «fue informado del estado de salud de los heridos, así como de los cuidados que les prestaron los equipos médicos movilizados tras este gran desastre natural».

Y el comunicado continuaba: «La visita de Su Majestad el Rey al Hospital Universitario Mohammed VI refleja la gran preocupación con la que el Soberano rodea a las víctimas del terremoto de Al-Haouz».

El último recuento del Ministerio del Interior eleva a 2.900 víctimas mortales y más de 5.300 personas heridas.

Los vídeos que se han visto han sido las que han publicado las agencias oficiales, ya que el dispositivo de seguridad no permitió la presencia a ABC ni de otros medios internacionales a ver desde las vallas la llegada del monarca, se podía escuchar los vítores de ‘Yahia al Malik’ ('Viva el Rey'). En las mismas imágenes, se ve al monarca saludando a las víctimas en sus habitaciones del hospital, de manera muy cariñosa.

Horas antes, los preparativos se centraron en acordonar toda la avenida de Ibn Sina, redirigir el tráfico de esta calle, una de las principales de la zona, y limpiar cada resto de basura del suelo. Ni una colilla de tabaco estaba permitida. La imagen tenía que ser perfecta. Autobuses llenos de guardias de seguridad y agentes en cada esquina de la avenida, prepararon un dispositivo de seguridad espectacular. Y desde muy temprano muchos eran los curiosos que se acercaron para, por fin, ver a su Rey. «Han dicho que viene el Rey, aquí estamos para saludarle», dice Mohamed, vecino de Marrakech.

El lugar escogido por el monarca fue el Hospital Universitario Mohamed VI, que se ha convertido en los últimos días en el centro donde han sido reubicadas las víctimas más graves del seísmo, al contar con mejores instalaciones que los hospitales de campaña levantados cerca de los pueblos más afectados, en la cordillera del Atlas.

Justo a esas zonas es donde después de salir de Marrakech, y según los medios oficiales, el monarca tenía previsto dirigirse en helicóptero, debido a la inaccesibilidad de las carreteras. Sin embargo, el vuelo no se produjo finalmente. Aún quedan muchos lugares a los que, ni siquiera los equipos de rescate han podido acceder.

Muchas han sido las críticas al Rey por su desaparición en estos días tan duros para la sociedad marroquí. «¿Dónde está el Rey?», decían los afectados por el seísmo ante la escasez de mensajes y gestos por parte del Gobierno y la Casa Real marroquí. Tras permanecer en Francia durante el terremoto, el monarca regresó a Rabat, donde apareció en televisión para mostrar su implicación en la gestión de la crisis, sin pronunciarse.

Esto hizo que los altos funcionarios se vieran también obligados a permanecer en un segundo plano, ya que la regla que rige en Marruecos es pronunciarse después de que se manifieste el monarca. La misma actitud demostró el monarca en 2004 con el terremoto de Alhucemas, donde la población lo recibió con bastante frialdad, después de también cuatro días de silencio.

El terremoto ha puesto de relieve las áreas que quedaron atrás en el desarrollo económico del país en el reinado de Mohamed VI, al que algunos conocen con el apodo del ‘Rey de los Pobres’. Los más afectados son los pueblos rurales pobres que bordean los valles y picos de una de las montañas del Atlas, cerca de la ciudad de Marrakech, uno de los destinos turísticos más populares de Marruecos. Después de 24 años en el trono de Marruecos, el desarrollo del país se ha visto sobre todo en ciudades como Casablanca, Rabat o la propia Marrakech. El tren de alta velocidad que conecta Tánger con Rabat, ha sido toda una revolución para el país. Pero las zonas rurales, se han quedado atrás, muy atrás en este desarrollo.

Salir de Marrakech hacia el sur es adentrarse en un paisaje totalmente diferente al de la ciudad. Lejos quedan los centros comerciales, restaurantes, tiendas de lujo y hoteles cinco estrellas. Los pueblos del Alto Atlas tienen problemas de agua potable, el médico, si hay suerte, va una vez a la semana y las casas están hechas, en su mayoría, por adobe y piedras. Por eso el temblor no tuvo piedad con estas construcciones que se convirtieron en escombros y polvo.

«Siempre se olvidan de nosotros, esperamos que ahora nos ayuden», comentaba a ABC uno de los supervivientes del terremoto que vive en una pequeña aldea cerca del Alto Atlas, epicentro del terremoto.