La falta de médicos amenaza la seguridad de 68.000 marineros
El déficit de facultativos en el Instituto Social de la Marina les hace perder días de mar para realizarse el chequeo obligatorio que les permite navegar
«Algunos deciden embarcar sin él porque no les han dado cita a tiempo, con los riesgos que conlleva»
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Barcelona
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Iniciar sesión«Para actualizar el certificado médico perdemos dos días de mar porque no hay facultativo en Corcubión y nos obligan a ir a La Coruña, a más de 100 kilómetros de distancia. Esos paros nos cuestan el sueldo de una semana. A algunos, no les ... dan cita a tiempo y embarcan sin el documento validado pese a los riesgos que eso conlleva». Luis Rodríguez lleva 35 años lidiando con el mar en la Costa de la Muerte de Galicia, está bregado en capear temporales, pero nunca trabajó, según confiesa a ABC, «bajo tanta presión». La falta de facultativos de sanidad marítima, profesionales de la medicina encargados de realizar los chequeos médicos imprescindibles para poder embarcar –hasta los 50 años se realizan cada dos años y a partir de esa edad son anuales–, revisar los botiquines de los navíos, impartir cursos de formación y velar por la salud de los trabajadores del mar, lleva años impactando en el sector, y los marineros ya sufren las consecuencias.
Según datos facilitados por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, y el Instituto Social de la Marina (ISM), entidad adscrita a la Secretaría de Estado de Seguridad Social y Pensiones que gestiona la asistencia sanitaria de los trabajadores del mar, en la actualidad hay 81 médicos de sanidad marítima en activo –75 según los sindicatos– y asisten a una población de 68.000 trabajadores. La situación se agravará «notablemente» en los próximos cincos años, según advierten los sindicatos del sector, por «el gran número de jubilaciones que se prevén y la escasa cobertura de plazas, cada vez menos atractivas por los bajos sueldos, muy inferiores a los de los médicos de la sanidad pública, y a la nula posibilidad de promoción profesional». «La mayoría de los que ejercen están al borde de la jubilación», aseguran.
Algunas direcciones provinciales y locales del ISM no tienen médico o enfermera, y otras resisten «bajo mínimos», lo que impacta, según afirman desde varias cofradías consultadas, «en la salud y la seguridad» de los marineros. Los pescadores llevan meses en pie de guerra. Denuncian que esta situación impacta en su trabajo, en su seguridad al faenar, y en su sueldo, así como en el bienestar de sus familias.
Corcubión, municipio de la provincia de La Coruña, situado en la Costa de la Muerte, es uno de los emplazamientos pesqueros que más acusa esta situación. El Instituto Social de la Marina atiende allí a una población de 1.400 marineros dedicados a la pesca, mariscadores, remolcadores, etc... Actualmente, no tienen médico asignado y deben desplazarse a La Coruña y recorrer más de 100 kilómetros –algunos por tortuosas carreteras secundarias– para poder actualizar su chequeo médico. Luis Rodríguez, patrón de una embarcación de Corcubión con tres trabajadores a su cargo, asegura que la coyuntura que están viviendo «no se había vivido nunca». «Desde hace cinco o seis años es un caos», denuncia el pescador, que subraya el perjuicio económico que supone perder dos jornadas de pesca.
«Si dejas de faenar dos días y, como es habitual aquí, hay otro día de mala mar, pierdes el sueldo de toda la semana. Lo pierden las tres familias que dependen de mí. No podemos seguir con esta presión», dice. El déficit de médicos obliga también a los patrones a buscar fórmulas alternativas para tener sus botiquines al día y evitar riesgos.
«Antes lo llevábamos a la sede del ISM, miraban los medicamentos caducados y si faltaba algo para garantizar las condiciones de seguridad e higiénicas que debemos tener a bordo. Ahora, como no hay médicos, lo que hacemos es llevarlos a la farmacia para que nos lo revisen y les pagamos nosotros de nuestro bolsillo», asegura. Según precisan fuentes de la Confederación Intersindical Gallega (CIG) Mar, el IMS no cubrirá la plaza médica vacante en el centro de Corcubión mientras no haya oposiciones, lo que, a su juicio, «supone un cierre encubierto de este centro». El secretario comarcal de la CIG Mar, Manuel Camiño, no confía en que el ISM resuelva la situación . «En 2016 ya intentaron cerrar la sede de Corcubión pero el sector se rebeló», explica. En El Ferrol, los marineros se quejan porque el ISM no les oferta los cursos de formación necesarios para faenar y para recibirlos solo tienen la opción de acudir a un centro homologado y pagar los 400 o 800 euros que cuestan. «Esta situación supone un problema a largo plazo para todoel colectivo», indican desde la Cofradía de El Ferrol.
Los pescadores de Carboneras (Almería) son otros de los damnificados por esta situación. Desde marzo del 2023, tienen que desplazarse a otras ciudades como Cartagena, Alicante o Valencia, situadas, algunas de ellas, a más de 200 kilómetros, para obtener su certificación médica, ya que en Almería también se paralizó el servicio. «Esta situación ha generado un malestar significativo entre los armadores y los trabajadores del sector pesquero», señalan a ABC desde Carbopesca, organización de productores pesqueros pescadores de Carboneras. Alertan de que la situación afecta directamente «a la planificación de la pesca y la comercialización». Pedro Hernández, gerente de Carbopesca, expresa con optimismo que «desde nuestra organización confiamos firmemente en las soluciones de mejora en las que está trabajando el IMS para que los pescadores tengan un servicio regular de reconocimiento médico».
Desde La Escala (Gerona), Josep Lluís Sureda, patrón de una embarcación que tiene a su cargo a nueve marineros, la mayoría de ellos inmigrantes y que sobrepasan los 50 años, advierte de los riesgos de la falta de médicos. Como no hay médico en La Escala les dirigen en un primer momento a Figueras para que les realicen las analíticas y después a Rosas y, si allí no hay facultativo o están colapsados, les envían a Palamós.
El pescador explica que la mayoría de sus trabajadores «no tienen carné de conducir y debo acompañarles yo con mi coche a realizar todos los chequeos. Viajamos por carreteras secundarias y lo hacemos, a veces, con sueño porque la noche anterior hemos estado faenando, poniendo en riesgo nuestras vidas». Sabe de lo que habla. Hace tres años él mismo tuvo un accidente cuando iba a realizarse la revisión a Palamós. «Invadí la calzada contraria y me di contra una valla. Iba muy cansado. La noche anterior había faenado. Tuve suerte pero hubiera podido matarme», lamenta el pescador. Subraya el perjuicio económico que les supone aparcar la barca, y el peligro que también conlleva embarcar a trabajadores sin el certificado al día.
«Si trabajo con menos tripulación porque no han podido pasar la revisión es un riesgo para el resto de trabajadores. Nuestro oficio es de riesgo, no podemos añadir más», dice el patrón. El mes que viene a uno de sus trabajadores le caduca el permiso y aún no le han dado cita porque en Rosas están saturados. Según datos facilitados por los sindicatos, actualmente falta médico en los centros del ISM de Ondárroa (País Vasco), Corcubión (Galicia), Palma de Mallorca (Islas Baleares) y Ferrol (Galicia). En Barcelona no hay enfermera y en Rosas ni enfermera ni auxiliar. En otras muchas localizaciones, hay sanitarios de baja o están colapsados.
Los propios médicos, conscientes de la situación actual, han alertado al Ministerio y al ISM sobre los riesgos de la situación. Desde la Plataforma de Médicos de Sanidad Marítima (PMSM), constituida en septiembre de 2023 por más de una cincuentena de facultativos de Sanidad Marítima del IMS, manifiestan su «preocupación» por la situación actual. «La PMSM se encuentra profundamente preocupada en relación a la situación actual de nuestro colectivo. En concreto, en relación tanto a las condiciones laborales como a la falta de facultativos que sufre esta entidad gestora, y que repercute de manera cada vez más significativa en la atención y calidad del servicio a nuestros usuarios», señalan en declaraciones a este medio.
Por todo ello, la plataforma dirigió en octubre de 2023 un escrito a la responsable del ISM, Elena Martínez Carqués, directora del Instituto Social, para «poder iniciar un diálogo que nos permitiera intercambiar una valoración de la situación y de la calidad del servicio, así como para plantear escenarios de mejora y estabilización de nuestra delicada situación».
Al no obtener respuesta, la plataforma llamó a la puerta del Ministerio. «Nos dirigimos por carta entrada por registro el 17 de enero de 2024 a la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, y el Secretario de Estado de Seguridad Social y Pensiones, Francisco de Borja Suárez». Hasta la fecha no han obtenido respuesta. «La finalidad de estas comunicaciones es iniciar un diálogo con el ISM, para la cual trabajamos con gran sentido de servicio público.
Desde la PMSM somos conscientes de que la situación es delicada y que las soluciones no son fáciles, pero creemos imprescindible que exista una comunicación fluida para abordar estas situaciones, que al final y sobre todo, afectan a la calidad en el servicio que prestamos al sector marítimo pesquero», aseguran los médicos del mar, quienes recuerdan al ISM que «son personal laboral fuera de convenio con las limitaciones que ello conlleva», precisan desde la plataforma.
Fuentes del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones indican en una respuesta a ABC que «las plantillas de personal de sanidad marítima, es decir, las dotaciones de puestos básicamente son las mismas que hace cinco o diez años». Admiten, no obstante, que en determinadas situaciones «las plantillas pueden verse afectadas por esta ausencia de efectivos», aunque lo atribuyen a «los procesos lógicos de movimientos de personal que suelen intentarse cubrir de manera provisional».
A su entender «las plantillas con las que se cuentan son las adecuadas para la atención de la gente del mar, debido a la población que se atiende, pero no dejan de ser plantillas pequeñas que se ven afectadas por la ausencia o la baja de algún trabajador que repercute directamente sobre el servicio que se presta al usuario».
Sindicatos, médicos y trabajadores del mar tienen pocas esperanzas en que el conflicto se resuelva a corto plazo. Los marineros se preparan para capear su peor temporal.
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