Cataluña penaliza en el sueldo a los médicos que recetan de más

¿Cómo lo hace? Pues limitando a través de un tope que establece el denominado Índice de Calidad de la Prescripción Farmacéutica (IQF por sus siglas en catalán) la indicación a sus pacientes de lo que se conoce como Triple Terapia Cerrada (TTC) -tres medicamentos, dos broncodilatadores y un corticoide, en un solo inhalador-, una de las alternativas terapéuticas que ha demostrado más seguridad y eficiencia por la alta adherencia que consigue.

Los pacientes con EPOC que llegan a los hospitales suelen ser hombres mayores de 60 años que llevan una media de unos 20 o 30 años fumando y a los que les cuesta seguir un tratamiento. Médicos de cabecera, especialistas y asociaciones de afectados consultados por ABC señalan, en este sentido, la importancia de «simplificar» el tratamiento. «No es lo mismo usar tres inhaladores con tres fármacos distintos tres veces al día que usar uno solo que contiene los tres una vez al día», coinciden.

El indicador que utiliza desde hace años la Generalitat establece un porcentaje límite de prescripciones de este tratamiento -uno para los facultativos de los hospitales, otro para los de Primaria y otro para las Áreas de Gestión Asistencial (AGA)- y, en caso de que los médicos lo superen, pierden puntos para acceder a uno de los complementos económicos más importantes que tienen para engrosar su sueldo, el denominado suplemento de eficiencia o DPO (Dirección por Objetivos).

La EPOC no es la única enfermedad en la que Cataluña marca fronteras a los médicos a la hora de prescribir tratamientos. Hay restricciones también desde hace años en muchas de las patologías de mayor prevalencia: fármacos para el tratamiento de la hipertensión, el colesterol, la diabetes tipo 2, la osteoporosis, las enfermedades musculoesqueléticas; antidepresivos, antibacterianos, entre otros.

Según denuncian los médicos, los límites se fijan «en los tratamientos que tienen un coste más elevado por el gran número de pacientes que los requieren o por su precio en sí mismo». Cataluña es la única comunidad autónoma que penaliza en el sueldo de los facultativos el exceso de prescripción y ese castigo perjudica especialmente a los médicos de Primaria, con los sueldos más bajos y a los que se les impide completarlo. De entre todas las limitaciones, sin duda, la que ha causado más polémica ha sido la del tratamiento para los cuadros más avanzados de EPOC.

Hace años, en España había un visado contra la triple terapia, alternativa que apoyan las guías clínicas para los cuadros severos, aunque ese límite se levantó en la pandemia con el apoyo de la práctica totalidad de las formaciones políticas. Cataluña mantuvo, sin embargo, las restricciones mediante el índice IQF. La Asociación de Pacientes con EPOC (Apepoc) lleva años alertando a la Consejería de Salud de los riesgos de su política restrictiva en el tratamiento a estos pacientes, pero hasta ahora no ha logrado que salten del IQF.

«Hace meses que estamos en negociaciones con la Consejería de Salud para poder garantizar que los mejores tratamientos para las personas con EPOC grave no estén limitados en el IQF mediante incentivo económico. El Parlament hasta en dos ocasiones pidió que se eliminase y llegamos a un acuerdo con la consejería que finalmente no se ha cumplido. Pasamos de tener un indicador en el IQF de 2023 referente a la TTC y en el de 2024 han puesto uno que afecta a todos los tratamientos para los pacientes graves. Aún así, le hemos propuesto a la Generalitat una alternativa a este índice que esperamos que atiendan«, denuncia Nicole Hass, portavoz de Apepoc,

«Los pacientes graves con EPOC no pueden seguir en este debate mientras muere una persona en Cataluña cada hora por esta enfermedad. Actualmente vivir en Cataluña es un factor de riesgo para los pacientes con EPOC», concluye Hass. La Aepop y la Generalitat volverán a reunirse la próxima semana

El documento de la administración autonómica que marca los topes vigentes en la prescripción (2023), consultado por ABC, establece un límite de un 23,5% en los hospitales para la triple terapia cerrada. La Generalitat mantiene la restricción pese a que dos resoluciones del Parlamento catalán del año pasado consultadas por este diario, aprobadas por unanimidad, le instaron a que se replanteara la atención a estos enfermos, y que levantara las limitaciones al tratamiento. Las autoridades sanitarias arguyen que el IQF es la forma más eficaz de garantizar una prescripción de calidad.

Según las nuevas limitaciones -aún no publicadas y a las que ha tenido acceso ABC- los médicos de hospitales solo pueden prescribir sin ser penalizados hasta un 26% de estos tratamientos; los de Primaria no pueden rebasar el 12% de prescripción, y los del Área de Gestión Asistencial el 13%.

La doctora Lourdes Franco, que trabaja en el Centro de Atención Primaria de Amposta (Tarragona) lamenta que Cataluña las limitaciones en la prescripción se fijen con «criterios economicistas y no clínicos». La facultativa, que es secretaria de Atención Primaria del sindicato Médicos de Cataluña (MC), reconoce que «se salta» el tope en la terapia para los casos severos de EPOC. «Pierdo puntos pero creo que debe prevalecer que los pacientes estén bien tratados y se consiga el mejor nivel de adherencia al tratamiento», dice a ABC. «

Todo lo que sea simplificar el tratamiento significa mayor adherencia y eso es un ahorro en el futuro porque hay menos reingresos«, concluye. Para un médico de cabecera, con uno de los sueldos más bajos, la limitación del IQF y de otros condicionantes en su ejercicio impuestos por la Generalitat puede suponer 6.000 euros menos al año. «En el caso de la IQF es aproximadamente un 20% de esta cantidad», añade Franco.

Desde el ámbito hospitalario, el doctor Joan Serra, responsable de neumología del Hospital Universitario de Vic (Barcelona), coincide al señalar los perjuicios de la limitación en el tratamiento de la EPOC. «La triple terapia es la mejor opción para los casos que llegan al hospital, que son los más graves, ya que está demostrado científicamente que una sola inhalación logra más adherencia», subraya el especialista.

Como Franco, Serra prescribe lo que considera mejor para sus pacientes. «No cumplo con el baremo y eso impacta en mi sueldo«, reconoce, y asegura que sobrepasar los topes de prescripción marcados por la Generalitat puede suponer para un hospital »dejar de cobrar una cantidad importante de dinero«; algunos facultativos apuntan cifras millonarias. Respecto a las razones que llevan a la Generalitat a penalizar el exceso de prescripción, el especialista apunta una al margen de los criterios economicistas: «El miedo a incorporar novedades terapéuticas».

A Alfons Viñuela, paciente con EPOC de 67 años, le diagnosticaron EPOC cuando tenía 44 y actualmente capea con la patología y con una de las denominadas enfermedades raras que hace que su hígado no produzca una proteína (la Alfa-1 Antitripsina), que protege a los pulmones y al propio hígado. Pese a que es una persona constante en el tratamiento y «muy activa en la rehabilitación», confiesa que al año sufre «unas tres exacerbaciones y un ingreso hospitalario».

Viñuela lamenta que Cataluña sea la única comunidad que marca límites en la triple terapia, siendo la que más incidencia tiene de la enfermedad y más reingresos. «Cuando entra la política en escena todo empeora», asegura. A su juicio, los enfermos de EPOC «no son una prioridad para la Generalitat. No hace más que marearnos».

Lamenta que no se les tenga en cuenta y hace especial hincapié en las cifras de Cataluña. «Es la comunidad con mayor prevalencia de EPOC, un 17,3 por ciento de la población la padece, frente al 11,8% de la medida de España y una de cada tres muertes por EPOC del país se registran aquí. Está claro que algo falla«, concluye.