Vuelve el fantasma del copago
Hacienda dice «ahora es posible» que los ciudadanos paguen por ciertos servicios sanitarios
Sí, pero no. Es una posibilidad, aunque aún no se plantea de momento. El Gobierno no pudo ayer descartar la implantación del copago para mantener a flote el sistema sanitario. Lo rechazó Sanidad, al tiempo que el Ministerio de Economía abría la puerta con unas ... declaraciones que fueron interpretadas como un globo sonda del Ejecutivo. El copago de los servicios sanitarios por parte de los ciudadanos «ha estado sobre la mesa en otras ocasiones» y ahora está ahí «como posible», dijo Carlos Ocaña, secretario de Estado de Hacienda.
La ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, fue ayer la primera en poner sobre la mesa el debate al deslizar que su departamento «está estudiando» la posibilidad, como habían hecho otros ministros en su lugar. Pero al mismo tiempo aseguraba que había «dudas suficientemente amplias para no tomar esta iniciativa en este momento». Lo dijo por la mañana en una entrevista en Televisión Española y después repitió el mismo mensaje en una rueda de prensa posterior en la que la cuestión volvió a salir.
Dudas para no implantarlo
Insistió en que el debate no era nuevo y recordaba que había «dudas suficientemente amplias para no tomar esta iniciativa en este momento». Entre ellas, citaba: «¿A quién se aplicaría? ¿Incluiríamos también a los enfermos crónicos? ¿Y a los jubilados? ¿Tenemos un sistema informático lo suficientemente desarrollado para discriminar entre los que pueden y los que no?... No hay un análisis de ingresos lo suficientemente determinante y existen dudas sobre cómo afectaría a la salud de los ciudadanos», explicó.
El copago sanitario ha estado en los cajones de todos los ministros de Sanidad en las últimas dos décadas desde el famoso informe Abril. Aquel documento proponía el pago farmacéutico de los jubilados con unas excepciones por equidad. De manera que aquellos que tuvieran un nivel de renta bajo no pagarían. El sistema actual tiene cierta perversidad porque permite que pacientes jóvenes con rentas muy bajas paguen y que, mientras, los jubilados con rentas muy altas obtengan los medicamentos gratuitos.
Hoy la fórmula que más se considera es la introducción de un «ticket moderador», una cantidad simbólica por visita al médico, para evitar la mala utilización de recursos públicos. Otra de las propuestas que han discutido algunas comunidades autónomas en privado es el pago de las comidas del hospital mientras los pacientes permanecen ingresados o el cobro de un canon por la mala utilización de las urgencias hospitalarias. El objetivo no es contar con una m edida recaudatoria, sino con una fórmula que evite abusos de recursos públicos.
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