El Papa y el patriarca copto rezan ante el «muro de los mártires» en El Cairo

Presidido por el patriarca copto de Alejandría Teodoro II y el Papa Francisco, el acto de homenaje comenzó dentro de la iglesia con el rítmico «Canto de los mártires» y la lectura de un pasaje del Evangelio de San Mateo: «bienaventurados los que promueven la paz».

Era una plegaria ecuménica, con la presencia del patriarca ortodoxo de Constantinopla Bartolomé I junto con representantes anglicanos y evangélicos. El Papa llevaba al cuello una cruz copta policromada en lugar de su cruz pectoral.

Pero el momento de mayor emoción fue el rezo ante el «muro de los mártires», donde el Papa encendió un cirio y depositó un ramo de flores al tiempo que rezaba ante los retratos de las 29 víctimas.

A su llegada al patriarcado copto, Francisco se había encontrado los edificios engalanados al máximo con grandes retratos y banderas para recibir al segundo Papa después de la visita de san Juan Pablo II en el año 2000.

Teodoro II saludó a Francisco como «un hombre lleno del Espíritu Santo» y «un símbolo de la paz en un mundo atormentado por conflictos y guerras», al tiempo que confesaba el dolor por las heridas del terrorismo, que se cobró las últimas 45 vidas el pasado domingo de Ramos en Iglesias de Tanta y Alejandría.

Francisco lamentó que «la sangre inocente de fieles indefensos haya sido derramada cruelmente», y animó los coptos a mantener su línea cristiana: «oponernos a la violencia predicando y sembrando el bien , haciendo crecer la concordia y manteniendo la unidad». Los coptos de Egipto -unos nueve millones de fieles-, son la mayor comunidad cristiana en Oriente Medio y, a lo largo de los siglos, la más heroica.