El Papa en la fiesta de San Pedro y San Pablo: «Solo una Iglesia libre es una Iglesia creíble»

Los avances en el control de la pandemia han permitido la asistencia del cuerpo diplomático a una misa solemne en la basílica de San Pedro en la que son siempre invitados de honor los delegados del Patriarca Ecuménico de Constantinopla, sentados en la primera fila junto a los cardenales.

En su homilía sobre la libertad y la credibilidad de la Iglesia , el Papa ha señalado que «como Pedro, estamos llamados a liberarnos del miedo que nos inmoviliza y nos hace temerosos, encerrándonos en nuestras seguridades y quitándonos la valentía de la profecía».

Al mismo tiempo, «como Pablo, estamos llamados a ser libres de las hipocresías de la exterioridad , a ser libres de la tentación de imponernos con la fuerza del mundo, libres de una observancia religiosa que nos vuelve rígidos e inflexibles, libres de vínculos ambiguos con el poder y del miedo a ser incomprendidos y atacados».

Según el Santo Padre, « Pedro y Pablo nos dan la imagen de una Iglesia confiada a nuestras manos, pero conducida por el Señor con fidelidad y ternura; de una Iglesia débil, pero fuerte por la presencia de Dios».

Si Pedro fue liberado de sus enfados y sus traiciones, Pablo «fue liberado de la esclavitud más opresiva, la de su ego. Y de Saulo, el nombre del primer rey de Israel, pasó a ser Pablo, que significa 'pequeño'».

Al mismo tiempo, según Francisco, «fue librado del celo religioso que lo había hecho encarnizado defensor de las tradiciones y violento perseguidor de los cristianos» ya que «la observancia formal de la religión y la defensa a capa y espada de la tradición, en lugar de abrirlo al amor de Dios y de sus hermanos, lo habían vuelto rígido» e intolerante.

Como es tradicional en la fiesta de los dos grandes apóstoles , el Papa bendijo los palios para los doce nuevos arzobispos nombrados en el último año, entre los que figuran los de Zaragoza, Carlos Escribano, y Sevilla, Josep María Sainz Meneses.

El palio es un pequeño ornamento circular de lana blanca con varias cruces bordadas que los arzobispos metropolitanos y el Papa llevan en torno al cuello en la misa como recordatorio de que su tarea como pastor supone llevar a hombros a la oveja herida o perdida.

La fiesta de San Pedro y San Pablo tenía un sabor especial en la residencia del Papa emérito en los Jardines Vaticanos pues Benedicto XVI , que cuenta 94 años, celebra hoy en la intimidad el 70 aniversario de su ordenación sacerdotal .

La recibió en 1951 junto con su hermano Georg, su «alma gemela», ausente por primera vez, pues falleció en Regensburg, Alemania, en julio de 2020.

Durante el encuentro con los fieles para el rezo del Ángelus, el Papa ha recordado ese aniversario «que nos conmueve a todos» y le ha felicitado en público: «A ti Benedicto, querido padre y hermano va nuestro afecto, nuestro agradecimiento y nuestra cercanía».

Ha hecho notar que su predecesor « pasa la vida rezando por la Iglesia y por la diócesis de Roma, de las que es obispo emérito. Gracias, Benedicto, querido padre y hermano. Gracias por tu testimonio creíble. Gracias por tu mirada dirigida hacia el horizonte de Dios»