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Huida del infierno centroamericano

La mayoría de las cientos de personas que huyen cada día del temido Triángulo Norte de Centroamérica son refugiados que escapan de la extorsión y las amenazas de las maras

Una niña, inmigrante de Honduras, en brazos de su padre, cruza el río Suchiate, frontera entre Guatelama y México Reuters/ Adrees Latif

Cristina Sánchez Aguilar (Alfa y Omega)

La muerte de Óscar y Valeria, un padre y su hija ahogados en el río Bravo, no es un caso aislado. «Todos conocen la cantidad de vidas que el río se cobra, pero no se detienen», asegura José Luis Garayoa, agustino recoleto en la frontera ... sur de Estados Unidos. No se detienen porque es más fuerte lo que les empuja a huir de Centroamérica: la violencia de las maras, la miseria, la corrupción o los acuerdos comerciales con Estados Unidos que hacen insostenible la agricultura local. Pero al llegar a la frontera –los que consiguen sortear a las mafias y a los soldados mexicanos– no se encuentran con el sueño esperado. «No sé cómo decirles que ya no basta con huir de las maras para quedarse en suelo americano» , dice Garayoa. Bienvenidos al viaje del infierno.

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